Scholz pide que se investigue el escándalo de antisemitismo en Baviera


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El canciller alemán Olaf Scholz se ha metido en una disputa sobre antisemitismo que involucra a un ministro de alto rango en el estado sureño de Baviera, insistiendo en que el escándalo debería tener “consecuencias políticas”.

Hubert Aiwanger, viceprimer ministro de Baviera, admitió que cuando era estudiante le encontraron en posesión de un panfleto antisemita que contenía referencias jocosas al Holocausto.

Negó la autoría del volante, que fue escrito en el año escolar 1987-8, cuando tenía 17 años.

El documento se presenta en forma de concurso para elegir al “mayor traidor a la patria”, en el que se ofrece el primer premio un “vuelo gratis por la chimenea de Auschwitz” y el cuarto una “estancia de un año en Dachau”.

Scholz, a través de su portavoz, Wolfgang Büchner, afirmó que el asunto del panfleto era “repugnante, independientemente de quién lo escribió o distribuyó”. Calificó el documento en sí como “verdaderamente horrible”, “que muestra un desprecio real por la humanidad” y pidió que se investigue a fondo todo el incidente.

Scholz también exigió “consecuencias políticas”, añadiendo que el gobierno bávaro es responsable de cualquier investigación sobre quién compuso y distribuyó el folleto.

El escándalo está resultando muy embarazoso para Markus Söder, primer ministro de Baviera y líder de la Unión Social Cristiana, que gobierna el estado en coalición con el partido de Aiwanger, los Votantes Libres.

Baviera celebrará elecciones el 8 de octubre y se espera que gane el CSU de Söder, que actualmente cuenta con un 39 por ciento de las encuestas. Pero si el asunto del antisemitismo se intensifica, podría verse obligado a desconectar su coalición con los Votantes Libres y aliarse con los Verdes o los Socialdemócratas, una opción muy desagradable para el conservador CSU.

El periódico Süddeutsche Zeitung informó por primera vez de la existencia del folleto el fin de semana. Dijo que el propio Aiwanger había escrito el volante y lo había distribuido entre sus compañeros de escuela.

Más tarde, Aiwanger cuestionó el relato, diciendo en un comunicado que él no era el autor del panfleto y consideraba su contenido “repugnante y despectivo”.

Dijo que se habían encontrado “una o algunas” copias en su mochila, pero que “ya no recordaba” si había distribuido otras copias. Después de esto, dijo, lo citaron ante el director, quien lo castigó obligándolo a escribir un ensayo sobre el Tercer Reich de Adolf Hitler.

Poco después de que Aiwanger hiciera su declaración, su hermano mayor Helmut admitió haber escrito el panfleto. “Estaba furioso en ese momento porque había reprobado mi escuela [exams],” él dijo.

Aiwanger ya había provocado controversia con discursos que, según los críticos, olían a populismo al estilo Trump. En una manifestación en la ciudad bávara de Erding en junio contra los planes del gobierno de reemplazar las calderas de gas por bombas de calor, dijo que la “mayoría silenciosa de este país” debe “recuperar la democracia”. Muchos lo acusaron de imitar la retórica de la extrema derecha Alternativa para Alemania.

La oposición bávara ha exigido que Söder destituya a su adjunto. “Si las acusaciones resultan ser ciertas, no habrá otra opción: despedir a Hubert Aiwanger”, dijeron los líderes verdes Katharina Schulze y Ludwig Hartmann.

Charlotte Knobloch, jefa de la comunidad judía de Múnich, capital de Baviera, dijo que la “mera sospecha de que un político de alto nivel pueda estar relacionado con este texto es muy peligrosa”.

Söder convocó a Aiwanger a una reunión de emergencia del comité de coalición, órgano que se ocupa de los conflictos que surgen entre los socios de la coalición en Baviera. Su jefe de gabinete, Florian Herrmann, afirmó que a pesar del comunicado emitido el fin de semana, todavía quedan “muchas preguntas sin respuesta que sólo Hubert Aiwanger puede responder personalmente”.



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