Las dos leyendas del tenis, los únicos italianos que han ganado un Slam, hablan de sí mismos en el escenario del Trento Sports Festival
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El sentimiento de amistad que persiste, en medio de disputas más en broma que reales, el deseo de permanecer en el deporte y el tenis y transmitir algo a los jóvenes. Ganadoras del Slam, las dos únicas italianas que lo han logrado, Francesca Schiavone y Flavia Pennetta subieron al pequeño escenario de la Filarmónica de Trento con el deseo de contar su historia a la ligera, hablando de sí mismas más allá del deporte.
amigos brillantes
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Y lo hicieron muy bien. Cristina Fantoni, que lideraba la reunión “Amiche geniali”, les pidió de todo, incluso que le sirvieran un bocadillo que luego se llamaría Schiavetta. Y siempre estaban dispuestos, tan divertidos y talentosos como lo eran en la cancha de tenis. Procedían de una velada en el club de tenis de Adriano Panatta, que inauguró sus campamentos de pickleball en Treviso. “Jugamos dobles contra Panatta y Bertolucci. ¿Quien ganó? Nosotros”, dice Flavia. “De hecho ellos. Pero sólo porque Hadrian era un poco extraño. Me dijo, estás en mi casa, yo gano”. Y así sucesivamente entre un chiste y otro, empezando por la primera reunión en el centro federal. Pennetta: “Para mí ella, que era muy cerrada, era un punto de referencia. Me apegué y poco a poco me acogió. Cuando me dijo me voy del centro federal, fue muy malo para mí. Luego, con el tiempo, chocamos, nos separamos y nos volvimos a encontrar. Para mí Francesca es una compañera, un hombro, pero en el campo quería matarla”.
reto entre amigos
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¿Cómo se juega contra un amigo? “El oponente no tiene rostro”, afirma Schiavone. Hablamos de sus carreras, del beso de arcilla roja de Schiavone en París, pero también de la retirada de Flavia en Nueva York, que confesó su intención a su amiga antes del inicio del torneo que luego ganaría. “Pensé que por suerte ya no tendré que tenerlo cerca”, dice Schiavone, pero obviamente está bromeando. Y del final de una fase de la vida pasamos a otra, a las Leyendas, circuito en el que ahora los dos juegan dobles. “Francesca me convenció, durante una semana dejé a la familia en casa y me tomé un tiempo para mí. Verlos a todos nuevamente fue un soplo de aire fresco después de dedicarme tanto tiempo a la familia.”
presente y futuro
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Todavía bromeamos sobre las diferencias entre ambos, con personajes opuestos pero, asegura Schiavone, una visión idéntica sobre la técnica, la táctica y lo que se debe hacer por los jóvenes. Francesca ya tiene su propia academia, Flavia le echa una mano. “Los niños de hoy son diferentes a los de nuestra generación. Es difícil, pero estoy aprendiendo mucho”, afirma Schiavone. “Y Flavia, que además es una madre fantástica, me da muchos consejos”. De cara al futuro, el compromiso es hacer algo para acercar aún más a los niños al deporte y darles más oportunidades. A partir del sistema escolar.
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