El jugador de 23 años interrumpió el partido de Promoción que arbitraba para ayudar a un jugador de 48: “Había aprendido a utilizar el desfibrilador en las clases de primeros auxilios”
Del campo a la grada, para salvar una vida. El protagonista de esta historia es un joven árbitro de Lucania, Saverio Candela, de 23 años, de la sección Moliterno. El domingo 1 de diciembre fue designado para el partido por el campeonato de promoción entre Pietragalla y Viribus Potenza, encontrándose en el lugar y en el momento adecuados para evitar una tragedia. De hecho, transcurrían los últimos minutos del primer tiempo cuando un espectador de 48 años se desplomó inconsciente en las escaleras. Inmediatamente acudió desde el banquillo el médico del equipo local, junto con los voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja que supervisaron el partido. Momentos de miedo también se vivieron sobre el césped, donde Candela no tardó en suspender el partido (luego aplazado para una fecha posterior) intentando ser útil. Subió a la grada -donde mientras tanto habían llevado rápidamente el desfibrilador-, colocó las placas sobre el cuerpo del hombre y se encargó de las maniobras de primeros auxilios, logrando resucitarlo y calmarlo mientras esperaba la llegada del 118. El hombre de 48 años, que fue trasladado de inmediato al cercano hospital de Potenza, hoy se encuentra fuera de peligro.
instinto
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“Tenía ganas de actuar basándose en lo que había aprendido en el curso de primeros auxilios – declaró Candela en una nota difundida por la Asociación Italiana de Árbitros –, consciente de que esa intervención puede ser decisiva contra la muerte súbita”. Tras conocer la noticia, el alcalde de Pietragalla, Paolo Cillis, envió un mensaje al presidente regional de La Haya de Basílicata, Antonio Rubino: “Con demasiada frecuencia la categoría de árbitro es objeto de ataques injustos, con demasiada frecuencia asistimos a actos de violencia sin precedentes contra los jóvenes personas árbitros, por eso creo que es justo honrar y dar la publicidad que se merecen a gestos de increíble valentía como el de don Saverio Candela. Que el niño reciba el más sincero agradecimiento por lo que ha hecho de toda la comunidad de Pietragalla y, sobre todo, de la familia del caballero afectado por la enfermedad”.
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