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El grupo petroquímico sudafricano Sasol se vio obligado a cancelar su reunión anual el viernes después de que activistas climáticos irrumpieran en el escenario, interrumpiendo al director ejecutivo Fleetwood Grobler mientras intentaba dirigirse a los accionistas.
El grupo se enfrentaba a una rebelión de los accionistas después de que dos de los grandes gestores de inversiones del país, Ninety One y Old Mutual Investment Group, advirtieran que votarían en contra de la empresa por sus objetivos medioambientales.
Han criticado a la empresa, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero de Sudáfrica, por lo que dicen es su falta de claridad sobre los compromisos para reducir las emisiones en un tercio para 2030.
Otros accionistas se negaron a comprometerse con una posición antes de la votación.
Los activistas subieron al escenario en la sede de la empresa en Johannesburgo, provocando el caos en lo que iba a ser un momento histórico para la gestión empresarial en Sudáfrica.
Ninety One y Old Mutual, que en conjunto poseen alrededor del 5 por ciento de Sasol, tienen objeciones diferentes e independientes a las revelaciones de la compañía.
Pero su franqueza ha roto con la tradición de los inversores institucionales sudafricanos, que normalmente contactan a las empresas a puerta cerrada en lugar de ventilar públicamente sus quejas.
Refleja la creciente presión sobre la industria sobre el ritmo de la transición energética del país.
Sasol dijo: “Una vez que quedó claro que los manifestantes no permitirían la participación efectiva de otros accionistas, cancelar la junta se convirtió en la única opción prudente, ya que el presidente no podía comunicarse efectivamente con los accionistas presentes en la junta”. Añadió que informaría a los accionistas sobre el camino a seguir.
Sasol sólo está detrás de las centrales eléctricas de carbón de Eskom, el monopolio eléctrico estatal propenso a apagones, en lo que respecta a impulsar las emisiones totales de Sudáfrica.
La compañía produce combustibles y productos químicos a partir del carbón, incluido el uso de una planta en Secunda, en el corazón del carbón de Mpumalanga, al noreste de Sudáfrica, que se ubica como la mayor fuente única de gases de efecto invernadero clave del mundo.
Sasol se ha comprometido a invertir en energía renovable e hidrógeno verde, y a sustituir parte del carbón por gas natural.
En un informe reciente sobre el cambio climático se decía que los factores externos, desde el aumento de los precios mundiales del gas hasta los problemas para asegurar el acceso a la red eléctrica, eran riesgos para esta transición.
“Todas estas variables impactan la asequibilidad de nuestra hoja de ruta, que para ser alcanzable tiene que ser asequible. . . Es muy poco probable que nuestra transformación hacia un Future Sasol siga un camino lineal”, dijo Grobler en el informe.
Esta semana, Sasol dijo que el llamado de Old Mutual a votar en contra del informe y otras cuestiones era “defectuoso y respaldado por conjeturas”, en una rara crítica pública de una empresa sudafricana a un gran accionista.
Los manifestantes corearon “Sasol apesta” antes de que se cancelara la reunión anual. Sasol dijo que emitiría un comunicado más tarde el viernes.
“Es extremadamente desafortunado que se haya cancelado tan rápidamente”, dijo Tracey Davies, directora ejecutiva de Just Share, un grupo de defensa de la inversión responsable con sede en Ciudad del Cabo, que ha criticado las revelaciones de Sasol.
La postura pública de Old Mutual en particular fue “una medida extraordinariamente progresista en el contexto del compromiso y activismo de los accionistas sudafricanos”, dijo Davies.
El compromiso privado “no está funcionando con Sasol, y cuanto más dure ese compromiso y no cumpla los objetivos, más inversores estarán implicados”.
Sasol también anunció que Grobler sería reemplazado como director ejecutivo por Simon Baloyi, un nombramiento interno y veterano de la empresa, que afrontará el primer hito del grupo en el marco de los objetivos climáticos en 2026.