Sarri-Lotito, la gran helada. Renovación con la Lazio, ¿sí o no? es tiempo de dudas

La empresa se pregunta por demasiados contratiempos, el técnico sobre cómo se reforzará la plantilla

¿Que pasa ahora? La dura eliminatoria en el derbi, la enésima de una temporada que ya registra demasiados, espesa nuevos nubarrones sobre la prometida renovación de Maurizio Sarri con la Lazio. Tras el deshielo de las últimas semanas, que parecía el preludio de un final feliz en la negociación durante este parón de campeonato, ahora empieza de nuevo la hora de las grandes dudas. A ambos lados.

¿Encuentro o confrontación?

¿Encuentro o confrontación? Si bien nunca ha habido anuncios oficiales, se dio por sentada una reunión entre el entrenador y el presidente Lotito a finales de esta semana. Con el objetivo de volver a atar los hilos de una negociación que, antes de Navidad, parecía estar ya en el tintero y luego encalló por malentendidos en el mercado de enero. Un revés que, aunque con dificultad, había sido superado en los últimos tiempos gracias también a la actuación del equipo que -antes del revés en el derbi- había sido decididamente más reconfortante que en la primera parte de la temporada. El 3-0 recogido por la Roma lo pone todo en entredicho.

Es cierto que un resultado negativo, aunque se sufra en un partido importante, no puede afectar a las estrategias generales. Pero es la forma en que llegó lo que hace que ciertas preguntas vuelvan a ser relevantes. De hecho, los apagones totales y repentinos fueron una constante a lo largo de la primera temporada de Sarriana en el banquillo de la Lazio, desde las eliminatorias con Bolonia y Verona hasta la del Napoli para llegar a la más reciente con el Milan en la Copa de Italia. Actuación que unas dudas en la sociedad le hicieron venir. Pero también hay dudas del otro lado.

El final de la luna de miel inicial nació, se dijo, con los desencuentros en el mercado de enero. Sarri esperaba refuerzos que no llegaron y el domingo, tras el derbi, dijo -entre otras- una frase críptica que suena a mensaje claro al club. «Tengo el deber de defender a los jugadores que tengo a mi disposición, después de todo hablaré directamente con el club». Está claro que, dada la situación desde el punto de vista del técnico, se necesita una apuesta precisa en el mercado para abrir un ciclo a largo plazo, para lo que la extensión contractual a 2025 de la que llevamos hablando desde hace meses es la clave. premisa.

todo en el equilibrio

Es por ello que la reunión técnico-presidente prevista para los próximos días no es segura. De nada sirve que nos veamos si ambas partes siguen teniendo dudas. Que se puede disipar por un lado con una final de campeonato que permita (al menos) la clasificación para una copa de Europa y, por otro, con un compromiso concreto de montar una fuerte campaña de fichajes para el próximo verano. El acuerdo en ese punto vendría solo, dado que en duración (hasta 2025) y compromiso (de los 3 a 3,5 millones actuales por temporada) el acuerdo ya se había encontrado.

El escenario más probable, por tanto, es que la negociación sufra un nuevo aplazamiento, también porque el contrato actual vence en 2023 y por tanto no hay una urgencia absoluta para renovarlo. Aunque existe esa cláusula en el contrato (ejercible a partir de mayo) que permite a Sarri rescindir el contrato en caso de acuerdo con un club extranjero. No parece una hipótesis que el Comandante quiera considerar. A no ser que él también decida hacer como su Lazio que -en palabras del técnico tras el derbi- «te sorprende de repente cuando menos te lo esperas».



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