El príncipe Charles-Adrien de Merode (40) tiene una preocupación menos. “Mis mellizos Pablo y Lorenzo, de dos meses, por fin pueden salir del hospital”, dice en Story. Una existencia sin preocupaciones aún no se le otorga al encantador noble. Él y su familia acaban de comprar el castillo de Rixensart en Walloon Brabant y tienen una gran necesidad de ingresos para su mantenimiento. “Hoy en día a veces puedes encontrar antigüedades que son más baratas que un armario en Ikea”.
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