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El primer ministro español, Pedro Sánchez, se negó a testificar como testigo en una investigación de corrupción sobre su esposa y presentó una demanda contra el juez de instrucción, intensificando una disputa legal que ya dura meses.
Sánchez ejerció el martes su derecho bajo la ley española de negarse a responder preguntas sobre familiares cercanos después de que el juez Juan Carlos Peinado tomara la medida extraordinaria de viajar a la residencia del primer ministro para interrogarlo.
Poco después, los abogados del estado acusaron a Peinado de “perversión de la justicia” en una demanda formal de 35 páginas presentada contra él que nombraba a Sánchez como demandante.
Los acontecimientos marcan una aguda escalada en un conflicto de larga data entre el primer ministro socialista y Peinado.
El presidente del Gobierno ha calificado la investigación penal como parte de una campaña de desprestigio de la derecha en su contra. El caso, que comenzó en abril, se centra en las acusaciones de tráfico de influencias y corrupción contra su esposa, Begoña Gómez, por sus negocios en el mundo académico.
La demanda contra el juez señala que el Gobierno que dirige Sánchez “se ha visto perjudicado por el delito presuntamente cometido” por Peinado. Más allá de mostrar una “falta de precisión” en el caso, se acusa a Peinado de atacar a Gómez únicamente porque su marido es el presidente del Gobierno.
Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, ha asegurado: “Esta demanda pretende respetar la independencia del poder judicial, pero también defenderlo de las prácticas de quienes actúan por motivos políticos y al margen de la ley”.
Sánchez se reunió con el juez durante dos minutos el martes y respondió dos preguntas, según Antonio Camacho, abogado de su esposa.
Cuando se le preguntó si tenía algún parentesco con alguna de las personas investigadas, Sánchez respondió que Gómez era su esposa. Cuando se le preguntó si quería declarar, respondió que no.
Peinado estuvo acompañado también por un abogado del partido ultraderechista Vox, que se sumó a la causa contra Gómez.
La investigación de Gómez fue provocada por una denuncia de Manos Limpias, un grupo con vínculos de extrema derecha y un historial de iniciar casos legales con sesgo político.
Tras tomarse cinco días para reflexionar sobre su futuro en abril, Sánchez anunció que seguiría como presidente del Gobierno. Cuando Gómez fue puesto bajo investigación formal en junio, dijo: “No me van a doblegar”.
Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición conservadora, afirmó: “Sánchez no ha querido declarar ante la justicia, pero responderá ante el pueblo español de tantas injusticias”.