Después de que el árbitro Bram Van Driessche hiciera sonar el silbato, estalló la celebración en la afición de Bruselas. Algunos fanáticos del Union comenzaron a molestar a su oponente con cánticos que resaltaban su estrecho vínculo con Cercle, el rival de la ciudad del Club Brugge. Esto no cayó nada bien entre los entusiasmados seguidores de Azul-Negro: al menos dos de ellos respondieron con el saludo nazi hacia la sección de Bruselas, como se puede ver en las imágenes.
Según el espectador que filmó la escena, al final del partido también se escucharon gritos de monos.