En la vida laboral, los términos “sueldo” y “salario” a menudo se usan indistintamente, pero en realidad existen diferencias sutiles detrás de las dos palabras.
Los salarios dependen de las horas trabajadas.
Los salarios suelen estar relacionados con el rendimiento y se calculan por horas, es decir, el importe depende del trabajo realizado. Los trabajadores a los que se les paga por hora reciben una cantidad predeterminada por cada hora trabajada. Este modelo se encuentra a menudo en industrias donde las horas de trabajo pueden fluctuar, como en el sector de servicios o en oficios calificados. Las horas extras suelen pagarse por separado y el pago varía según las horas realmente trabajadas. Si, por ejemplo, se trata de un servicio del sector artesanal, el número de unidades producidas también se puede utilizar para calcular el salario como alternativa a las horas de trabajo, según DATEV. A esto se le llama entonces salario a destajo.
El salario es una cantidad fija.
En contraposición está el salario, que normalmente se paga mensualmente e independientemente de la jornada laboral real. Es una cantidad fija que los empleados reciben periódicamente, independientemente del número de horas trabajadas. Este modelo es típico de empleados en puestos con horario laboral regular, como oficinistas o gerentes. Bonificaciones, bonificaciones u otros beneficios adicionales pueden complementar el salario, pero normalmente se pagan anualmente. Si bien los salarios sólo se pagan una vez finalizado el trabajo, el salario se puede pagar en algún momento del mes, independientemente de las horas trabajadas.
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