El gigante energético alemán quiere aumentar paulatinamente la co-combustión de biomasa en la planta (actualmente del 20 por ciento) al 100 por ciento y capturar las emisiones de CO2. Esto podría almacenarse en el lecho marino, pero también podría transportarse como materia prima al grupo químico en Delfzijl. RWE ha estado tratando de obtener apoyo para el plan durante años, pero no encontró una respuesta por parte del gobierno.