La llama, que se puede ver a decenas de kilómetros de distancia, quemaría más de cuatro millones de metros cúbicos de gas cada día. Los expertos dicen que una nueva planta de gas natural licuado (GNL) en Portovaja, al noroeste de San Petersburgo, es la culpable. Esta planta estaría ubicada cerca de una estación desde la que previamente se habían bombeado grandes cantidades de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 a Alemania, antes de que Rusia decidiera reducir el suministro a través de este gasoducto. Según Alemania esto es por razones políticas, Rusia dice que es necesario para el mantenimiento
Si bien la quema de gas por razones operativas es común, los expertos que hablaron con la BBC están de acuerdo en que las cantidades involucradas «no tienen precedentes». La llama se observó por primera vez en junio «y luego no desapareció». Un experto le dice a la emisora británica que cerrar por completo una fábrica de gas es técnicamente difícil y que, por lo tanto, los rusos pueden optar por «quemar» el gas de esta manera.
Los científicos están preocupados por el impacto de la llama en el clima. Las 9.000 toneladas de CO2 que se liberan cada día contribuyen al cambio climático. Las partículas de hollín creadas por la combustión incompleta del gas también pueden afectar al hielo polar.