Rublev vence a Ruud y se lleva el título en Bastad. Cachin, la primera alegría en Gstaad

El ruso supera a Sinner y ahora es n. 4 de la Carrera. En Suiza, el argentino supera a Ramos y celebra su primer título ATP junto a su perro

Luis Ansaloni

Un fantástico Andrey Rublev cierra su semana perfecta en Bastad, Atp 250 en Suecia, superando en la final a Casper Ruud (7-6 (3) 6-0 el marcador) y conquistando el segundo título de la temporada tras los 1000 de Montecarlo, el decimocuarto en total. El ruso cabeza de serie número 2 fue simplemente devastador, con el noruego cabeza de serie número uno dominado a lo largo y ancho por la furia de Rublev. Ruud simplemente no pudo avanzar en este partido, tal era la potencia y la velocidad de bola del moscovita, y de hecho, resistió en el primer set, solo para ser barrido en el segundo. El escandinavo se lo tomó filosóficamente, y durante la entrega de premios, «atacó» a su rival entre un mar de risas: «Siempre eres respetuoso con tus oponentes, Andrey, aunque hoy te pegaste en cada maldita línea, así que no fuiste tan respetuoso conmigo, pero está bien, me pagarás». Por su parte, el ruso se «vengaba» con champaña, regando al noruego (y a todo aquel que se le acercaba). Con esta victoria Rublev asciende al cuarto puesto de la Carrera (superando de un plumazo a Tsitsipas y Sinner) y consolida su séptima plaza en la clasificación.

JOY CACHIN

En Gstaad, en los otros 250 en suelo europeo, en Suiza, sorpresivamente la victoria, la primera de su carrera en un torneo ATP, fue para el argentino Pedro Cachin, número 90, que en la final venció al español Albert Ramos Viñolas, número 79 del ranking mundial, con marcador de 3-6 6-0 7-5. Antes del torneo de Gstaad, el argentino nunca había disputado una semifinal a nivel ATP y con el éxito en suelo suizo alcanza su mejor ranking en el puesto 49, poniendo su pie entre los 50 primeros por primera vez.

Una final ciertamente nada espectacular, entre dos jugadores que hacen de la regularidad su arma favorita, dos terraioli que se podrían definir casi anticuados pero efectivos. Tras la victoria, Cachin corrió hacia su perro, muy contento, quien le correspondió con igual participación. No es algo que se vea a menudo en una cancha de tenis y que haya dado momentos de conmovedora amistad.





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