Roma, Mou preocupado por Dybala y Wijnaldum: Joya también en duda para Florencia

El técnico giallorossi evalúa con atención las condiciones de sus dos ‘joyas’ de cara a la final de Budapest ante el Sevilla

“Podemos hacer historia, pero llegar a la Champions con un mercado de fichajes de 7 millones no es historia, ni siquiera es un milagro. Es Jesucristo el que llegó a Roma y se fue de paseo al Vaticano», tronaba anoche José Mourinho en la sala de prensa del Olimpico. Pero a poco más de una semana de la final de Budapest, Special One se mantiene ansioso porque precisamente sean los preciados piezas de la última sesión estival: Paulo Dybala y Georginio Wijnaldum. Los dos remates de Tiago Pinto que, por no estar en las mejores condiciones físicas, se arriesga a llegar al súper desafío ante los andaluces del Sevilla con las pilas aún medio vacías.

DYBALA

Lo que más preocupa al técnico de Setubal es el estado de salud de Dybala. De hecho, Joya sigue sufriendo las consecuencias de la operación asesina de Palomino: el 21 amarillo y rojo sigue dolorido y, ante Salernitana, ni siquiera fue llevado al banquillo para no correr ningún tipo de riesgo. Paulo también es duda para el partido previsto para el sábado ante la Fiorentina y, si no salta al campo en el Franchi, llegaría a la final de Budapest sin haber jugado un partido de titular desde hace casi dos meses. La última presencia desde el 1′ es la del 8 de abril en Turín. Hoy y mañana -pese a los dos días de descanso concedidos al equipo- el argentino seguirá siendo seguido por la plantilla de Trigoria en su camino de recuperación.

WIJNALDUM

La presencia de Wijnaldum en el último acto de la Europa League no está en duda, pero, incluso en este caso, el holandés ciertamente no está al 100%. Tras perderse los primeros seis meses de la temporada por una fractura de tibia, el regreso de Gini también se vio obstaculizado por la lesión muscular sufrida hace un mes en los cuartos de final ante el Feyenoord. Una serie de desgracias que nunca permitieron a Mourinho explotar al máximo al jugador que había convencido al PSG para que le ofreciera un salario de 10 millones al año (7 más 3 de bonificación). En los dos últimos partidos ligueros se desplegó desde el minuto 1 para recuperar el ritmo de partido, en Leverkusen en cambio saltó al césped al inicio de la segunda parte para ayudar al equipo a no apretar demasiado y resistir el asedio de Xabi. Los hombres de Alonso. Sin embargo, a pesar del esfuerzo, la repercusión de Wijnaldum no fue la esperada: el problema evidentemente no es su técnica o su forma de estar sobre el terreno de juego -los estigmas del gran jugador están ahí y se nota-, sino su forma física todavía no. en la cima. Por ello, la carrera de Florencia servirá también a la número 25 como «rodaje» con vistas a Budapest. Solo quedan ocho días para volver a ser el verdadero Wijnaldum.



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