Paulo el más aclamado del encuentro. Próximamente la reunión entre el técnico y el club para quitar la cláusula de rescisión
¿Donde estábamos? A las lágrimas de Budapest, a una noche que pudo haber sido todo y se ha vuelto demasiado. Pero el llanto a veces puede convertirse en un lazo que se estrecha, en un pacto de honor a respetar. De alguna manera, eso es lo que parecía pasarle a Paulo Dybala. Seamos claros, la temporada del delantero argentino ha estado llena de sorpresas. Empezando por el enorme cariño que la afición gitana le tiene reservada desde el momento de su presentación en la Plaza del Coliseo de Eur, con diez mil adoradores a los pies de Joya. Por eso, el recibimiento que recibió ayer el delantero argentino en la entrada del polideportivo de Trigoria para la concentración de los amarillos y rojos -aunque limitado en número- lo devolvió inmediatamente al centro del pueblo, sobre todo cuando a su llegada a La capital, el lunes por la noche, dijo: “Me quedo. Y a pesar del cansancio, estoy muy emocionado. No veo la hora de empezar”.
la clausula
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Casi una forma de hacer respirar aliviados a los giallorossi, que han pasado esta primera parte del verano temblando por los millonarios noviazgos de los clubes árabes y por las recientes charlas del Chelsea -a decir verdad más mediática que concreta- encomendada a la guía de Pochettino. Todo ello, por esa cláusula de rescisión de 12 millones válida solo para países extranjeros, que ahora está maldita, pero que hace un año fue la clave para que Dybala aceptara un contrato muy inferior al que pretendía. La buena noticia es que expirará a finales de julio; lo de menos es que para “recibirla” de la mejor manera posible, el entorno de la atacante está pensando en un retoque a su sueldo, que de todos modos -gracias a las bonificaciones ahora trasladadas a la parte fija- ya lo ha hecho. ascendió a seis millones. En este punto podría haber un par de caminos: renovarlo, dejando así siempre la puerta abierta a futuros divorcios; cancelarlo, insertando algunos bonos fáciles para las próximas temporadas. Moraleja: pronto le tocará al gerente general Tiago Pinto y al entrenador del jugador Jorge Antun encontrar el camino hacia el final feliz. Por otro lado, más allá del cariño que Joya ciertamente le tiene a la Roma, de momento todo sigue siendo una partida de ajedrez, basta pensar que -a diferencia de varios de sus compañeros- algunos se han percatado de cómo el argentino no ha subido una foto de la nueva camiseta. en sus redes sociales. Un caso, a la espera de una campaña concreta real, dice su entorno, dado que Adidas también es patrocinador personal del atacante (y ahora también de la empresa, que realizó un video en el que Paulo luce la nueva camiseta).
caramelos y fritos
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En cualquier caso, el hecho de que Mourinho publicara ayer una foto para una empresa de la que es testimonio, en la que se le ve abrazando a Dybala, con el escrito: “Pura Joya”, nos volvió a hacer pensar que la relación laboral entre dos, llamémoslo así, parece destinado a durar más. Tenga cuidado, sin embargo, de no caer en el fácil error que, ahora y siempre, parece ver a los dos principales protagonistas de Roma unidos por el destino. Lo que pide el atacante es un equipo ambicioso, porque quiere volver a ganar y tener visibilidad a nivel nacional, dado que la Copa América se jugará el próximo verano. No es casualidad que allegados al jugador cuenten cómo, además de las llamadas telefónicas del Especial, fue una “videollamada” organizada por Pinto directamente con los Friedkins lo que convenció a Dybala de elegir Roma. La voz del maestro, en cambio, a menudo logra realizar esos milagros que otros no pueden. ¿Impresiones? El argentino no parece haberse arrepentido de aceptar el reto de los giallorossi. Y los 18 goles marcados en solo 38 partidos disputados parecían la mejor forma de decírselo al mundo del fútbol: Joya aún tiene mucha magia por delante.
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