Robo de identidad en línea: la identidad digital como respuesta fuerte y coordinada a nivel europeo


El robo de identidad se ha convertido en un problema enorme en la era digital. Con el lanzamiento del reglamento eIDAS 2.0, destinado a establecer un marco regulatorio armonizado para la identidad digital en toda la UE, Europa intenta estandarizar las prácticas para contener este flagelo.

Un flagelo a escala europea

En Francia, más de 210.000 ciudadanos fueron víctimas de usurpación de identidad en 2022, un fenómeno que generó pérdidas económicas estimadas en más de 6 mil millones de euros (Informe Paisaje Fraude 2024 – Cifas). En 2023, en el Reino Unido se habrán registrado más de 237.000 casos de suplantación de identidad, cifra que representa el 64% del fraude denunciado en el país. Otros países europeos, como Alemania e Italia, también han visto un aumento significativo de este fenómeno. Estas malversaciones a menudo se ven facilitadas por técnicas cada vez más sofisticadas, como los deepfakes y los ataques de phishing comúnmente conocidos como phishing. El impacto social y económico del robo de identidad es inmenso. Para una víctima, recuperar su identidad puede tardar una media de 200 horas y costar hasta 1.200 euros. Una situación a menudo traumática que afecta a la confianza de los ciudadanos en los servicios digitales, en un momento en el que Europa está acelerando la transformación digital de sus servicios públicos.

Desafíos vinculados a la heterogeneidad europea

Las disparidades legislativas entre países complican esta lucha contra el robo de identidad en Europa. Si bien algunos países, como Suecia, tienen leyes relativamente estrictas y sistemas sólidos de protección de la identidad, otros todavía están desarrollando su arsenal legislativo. Una falta de armonización que complica la cooperación transfronteriza e impide una lucha eficaz contra un fenómeno creciente (Informe Fraudscape 2024 – Cifas). Europol, la organización europea responsable de ayudar a los Estados miembros a prevenir y combatir todas las formas de delincuencia organizada, ya ha adoptado medidas para reforzar la colaboración entre los Estados miembros en este ámbito. Sin embargo, los resultados siguen siendo limitados debido a la naturaleza transnacional del delito cibernético. Aunque la directiva NIS-2 (Seguridad de redes y de la información) marca un paso importante en la mejora de la seguridad de las infraestructuras digitales, queda mucho por hacer para coordinar esfuerzos a nivel europeo (Informe Fraudscape 2024 – Cifas).

La identidad digital como solución para fortalecer la lucha contra el robo

Ante este desafío, la identidad digital se presenta como una solución prometedora. Utilizando tecnologías avanzadas como la biometría y la inteligencia artificial (IA), permite una verificación de identidad rápida y segura. Como tal, con el fin de establecer un marco regulatorio armonizado para esta tecnología en toda la UE, la Unión Europea lanzó eIDAS 2.0 en 2023 (eIDAS 2.0 – Comisión Europea). La identidad digital será esencial para acceder de forma segura a los servicios públicos, bancarios y empresariales. Las cifras muestran que la adopción de este tipo de soluciones podría reducir los casos de robo de identidad en un 70% para 2030.

¿Cómo funciona?

La identidad digital permite a los ciudadanos y las empresas demostrar su identidad en línea a través de herramientas seguras como la biometría y la inteligencia artificial. Se crea a partir de documentos oficiales verificados, como pasaportes o permisos de conducir, y luego se almacena en billeteras digitales seguras. Estas “billeteras”, disponibles en los teléfonos inteligentes, permiten a los usuarios compartir su identidad con servicios en línea de forma sencilla y rápida, garantizando al mismo tiempo un alto nivel de protección de datos.

Sin embargo, para maximizar la eficacia de las identidades digitales, la armonización de las regulaciones a nivel europeo es crucial. eIDAS 2.0 busca estandarizar estas prácticas y garantizar una protección uniforme de los ciudadanos en toda Europa. Sin embargo, los desafíos técnicos, como la creación de un ecosistema seguro e interoperable, requieren una estrecha colaboración entre los sectores público y privado (Informe Fraudscape 2024 – Cifas).

Frente a la amenaza que representa el robo de identidad, la identidad digital representa una solución prometedora, capaz de proteger tanto a los ciudadanos como a las empresas contra prácticas fraudulentas. Sin embargo, para que esta tecnología alcance su máximo potencial, es esencial una armonización de las regulaciones a nivel europeo, así como una adopción más amplia de soluciones de identificación digital. Si se abordan estos desafíos, la identidad digital podría transformar la forma en que interactuamos en línea, con mayor confianza y protección.



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