Antoinette Rijpma-de Jong se convirtió el domingo en campeona mundial de los 1.500 metros por primera vez en su carrera. La mujer frisona se instaló en Thialf con su rival Ragne Wiklund y estaba en una clase propia en la milla de patinaje.
Rijpma-de Jong, de 27 años, registró un tiempo de 1.53.54 en Heerenveen, lo que la hace más de siete décimas de segundo más rápida que la número dos Wiklund, quien se convirtió en campeona mundial hace dos años. El bronce fue para Miho Takagi de Japón (1.54.39).
Para Rijpma-de Jong es su quinto título mundial en total. La corredora de Jumbo-Visma se convirtió hace dos años en campeona del mundo en los 3.000 metros, lo que supuso su primera medalla de oro en una Copa del Mundo en una distancia individual. Se llevó los otros tres títulos mundiales en la persecución por equipos.
Rijpma-de Jong no participó en los 3 kilómetros del jueves (séptimo). En los últimos años se ha centrado más en los 1.000 y 1.500 metros, que se saldaron con el bronce en la milla patinadora en los Juegos Olímpicos del año pasado y con la medalla de plata en el kilómetro el sábado.
Marijke Groenewoud y Jutta Leerdam se quedaron fuera del podio. Groenewoud marcó el quinto tiempo con 1.55.10. Leerdam, que el sábado se proclamó campeón del mundo en los 1.000 metros, finalizó en séptima posición con 1,55,32.
Rijpma-de Jong siempre más rápido que Wiklund
Rijpma-de Jong tuvo una pretemporada razonable con un título holandés en los 1.500 metros, un título europeo completo y un título holandés completo. En la Copa del Mundo, decepcionó levemente con una sola victoria.
En Thialf todo salió bien en el momento adecuado para Rijpma-de Jong. En las primeras rondas ya fue más rápida que Wiklund, que cabalgaba sola frente a ella por una cancelación tardía de su oponente. En la etapa final, el Friezin estaba aún más por delante de Wiklund.
Luego vino la larga espera de Rijpma-de Jong. Los contendientes Groenewoud y Takagi se enfrentaron en la etapa final, pero tampoco pudieron alcanzar el tiempo de los holandeses. Condujo una merecida vuelta de honor en la pista de su casa con una amplia sonrisa.