Cuando se completa la séptima ronda, le siguen un helado y un refrescante chorro de agua de una manguera de jardín. Es la recompensa definitiva tras otra vuelta de 10 kilómetros. Es más que bienvenido, porque Rick y Stef lo están pasando mal en este cálido domingo. La temperatura sólo hace que el desafío de correr nada menos que 100 kilómetros sea más difícil. Pero con el apoyo de amigos y miembros del gimnasio local, el dúo sigue adelante. A los 80 kilómetros.
‘Una historia genial’
La marcha de los monstruos comenzó esta mañana a las 7:00 am. ¿Por qué correr 100 kilómetros? Es la pregunta que también se hace varias veces el dúo de 34 años a lo largo del camino. Superando los límites, dice Rick Meinen.
“Te conoces mejor a ti mismo, lo que te permite comprender mejor a otras personas. Creo que esta experiencia hace que sea más fácil afrontar los contratiempos que encuentras en la vida”. Rick cree que te convierte en una mejor persona. “Y, por supuesto, es una historia genial. Sin duda, encajará muy bien en los cumpleaños”.
‘No a tiempo’
Los amigos caminaron anteriormente 80 kilómetros. Lo hacen enfáticamente juntos. “Se arrastran constantemente el uno al otro. Entonces las cosas no van tan bien conmigo y tampoco tan bien con él”, dice Stef. “El calor a veces te marea y pierdes mucho líquido. También tenemos un punto de agua en el camino. Hoy solo estamos terminando, no corremos contra un tiempo”.
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