Hoteles u hospitales donde falta la habitación número 13, aviones donde no existe la fila 13 y edificios donde no existe el piso 13. El número se considera desafortunado y hoy es viernes trece, según la superstición un día con un riesgo extra de mala suerte o peligro. Pero Ria Schreurs de Schoonoord es muy contraria y para ella es uno de sus días favoritos.
“Creo que 13 es un número muy bonito”, dice Ria con entusiasmo. “Si los demás piensan que no, entonces realmente me gusta”. Cuando sale a comer o va al teatro, suele buscar la mesa 13 o la fila 13, pero muchas veces es en vano.
El amor de la 13 fue un amor compartido con su marido. “Nos casamos deliberadamente el viernes trece, y a mi marido también le pareció genial”, explica Ria Schreurs. Según ella, al menos podía elegir a qué hora del día quería casarse, porque no había mucha gente. Eran pocas las parejas que querían casarse ese día.
Además del día de la boda, el número 13 también juega un papel importante en la vida de Ria de otras maneras: “Queríamos construir una casa adosada con unos amigos en ese momento. Y ahí conseguimos los números 13 y 15. Mi marido y Quería que ambos vivieran en el número 13. Mientras que el número 15 estaba en la esquina, en realidad era mejor, pero aún así fuimos por el 13 y yo todavía vivo allí. Mi marido ya no está vivo.
Al comprar números de lotería, Ria también tiene que adivinar con qué dígitos debe terminar un billete y en los deportes también reclamó el número 13 durante años, aunque ahora tiene que renunciar a ese número. “Hace poco me convertí en portero debido a una lesión, pero antes fui el número 13 como futbolista”. También inmortalizó el número en su cuerpo con un tatuaje.
¿Y qué tal 13 como nombre? La residente de Schoonoord incluso llamó a su perro Dertien. Pero desafortunadamente falleció y acaba de cumplir (lo adivinaste) 13 años. “Ha llegado otro perro. No, no se llama Fourteen, sino Miepie”, concluye Ria riendo.