Reunión con un exorcista indio: Shafikur ahuyenta a los djins | columna Saskia Konniger

«El primo Shafikur es un exorcista», dice Saddam con cautela, comprobando que no creo que esté loco. «De djins», susurra Saddam. Para entenderlo bien, me inclino sobre la mesa y casi tiro su lassi, una bebida india de yogur. «La gente llama a Shafikur cuando está poseída por un djin (espíritu indio)».



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