Un pañuelo en la cabeza, conscientemente o no, fue todo lo que la escaladora iraní Elnaz Rekabi (33) necesitó para provocar disturbios en su país de origen. Hacer deporte con el pelo desnudo -como hizo Rekabi el pasado domingo en Corea del Sur en el Campeonato Asiático- es una de las infracciones más graves que pueden cometer las mujeres iraníes. Instantáneamente convirtió a Rekabi en una heroína de la resistencia. A pesar de que el régimen iraní ahora está haciendo todo lo posible para abrazarla nuevamente. O mejor: para mantener el ritmo.
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