Retos digitales para los jóvenes


Con más de 4 horas diarias en su teléfono, un adolescente pasará más tiempo en las redes sociales que en la escuela en 2022. Porque los ciudadanos del mañana hoy tienen 14 años, el despertar de una conciencia digital debe ser una gran causa nacional del próximo término presidencial.

Estamos saliendo de un período de ingenuidad: frente a cada problema, hay una solución binaria. ¿El peso de las mochilas? Solo da tabletas. ¿Demasiados Snapchats? Elevemos la edad de consentimiento. ¿Los jóvenes filman a los profesores en clase? Prohibir los teléfonos celulares en la escuela. A esto se suman explosiones de lucidez: Francia descubre el impacto ecológico de la tecnología digital, los problemas de soberanía informática o la necesidad de proteger los datos individuales.

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Este período es fundamental: la transformación digital no ha terminado, pero ya estamos entrando en la era de los datos. Para entender bien este movimiento, reconsideremos nuestra visión del mundo y cuestionemos nuestras certezas por los más jóvenes.

Sí, la información en las redes sociales puede desestabilizar una democracia. Con el uso masivo de estas plataformas para la información diaria, los jóvenes son el blanco de campañas de desinformación que suponen un riesgo real para nuestra sociedad.

Sí, el aumento del número de dispositivos es una incoherencia ecológica contra la que debemos actuar y proponer alternativas. Si la sobriedad o el reciclaje son las primeras vías, imaginemos un nuevo marco legal y técnico para el equipamiento personal y profesional.

Sí, la expansión del presente implica repensar la docencia y la formación del profesorado, mucho más a fondo de lo que lo estamos haciendo hoy. Integrar la distancia en las prácticas de aprendizaje, usar y desviar plataformas, pensar diferente la relación con el conocimiento.

Sí, el ciberacoso es un problema real y duradero. Solo nos estamos acercando a la cara visible del iceberg, y nos enfrentaremos, en los próximos años, a comportamientos cada vez más destructivos incrementados por el uso de algoritmos.

Sí, los padres están impotentes ante este territorio de libertades que representan las redes sociales. “¿Qué hiciste hoy en TikTok? debe completar el “¿qué hiciste en la escuela hoy?” “. Comprender el principio de la llama en Snapchat es comenzar a comprender los mecanismos de la adicción digital.

Sí, la regla del consentimiento informado plantea interrogantes, porque para estar informado hay que comprenderlas. En un mundo donde los abogados de Google le preguntan a mi hija de 15 años si valida los TOS antes de acceder a YouTube, me parece que hay un retraso.

Sí, las plataformas sociales deben informar sobre los datos que utilizan sobre nuestras poblaciones, especialmente si son menores de edad. La información debe estar abierta a investigadores, pedagogos y padres. Debemos cuestionar las prácticas de los más jóvenes para ayudarlos a iniciar este cambio de paradigma.

En los próximos 20 años, nuestros jóvenes construirán la Europa de los datos. Este es el momento adecuado para sensibilizar a los jóvenes sobre los principales temas relacionados con la tecnología digital: ¿cómo desarrollar datos responsables que protejan a las personas, creen valor para las organizaciones y respeten el planeta?

En un momento en que tus hijos están aprendiendo a codificar en la escuela, ¿cómo puedes ayudarlos a decodificar el mundo que les rodea frente a las técnicas depredadoras de las plataformas digitales?



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