Avant-pop mágicamente surrealista que parece caricaturizar la música cinematográfica de diversos géneros.
Un loop de sintetizador épico que gira constantemente alrededor de sí mismo, ganando fuerza hasta que una banda sonora de los 80 amenaza con asfixiarse. “Suzy” no es la única pieza de ONSEN MUSIC que suena cinematográfica. Pero las canciones del segundo álbum de Shoko Igarashi no funcionan tanto como música para la película, sino que podrían ser más bien un comentario sobre la música de la película. “Yamagata” babea y arranca, chirría y cruje de manera exagerada, como si quisiera caricaturizar la banda sonora de una película experimental.
“Open The Door”, por otro lado, podría acompañar a una película sobre la naturaleza no del todo seria. Y “EN”, con su sofisticada melodía vocal y su motivo instrumental esférico, aparentemente se anuncia como un tema musical de James Bond antes de pasar a hacer extrañas travesuras electrónicas. Todavía se puede escuchar que la japonesa, que vive en Bruselas, proviene del jazz en algunas de las melodías que recuerdan a su instrumento principal, el saxofón, pero por lo demás combina una amplia variedad de influencias, bebiendo tanto del pop japonés como del vanguardista, para crear un mundo sonoro surrealista en el que una encantadora canción pop pueda transformarse mágicamente en un collage sonoro abstracto.
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