Es conmovedor cómo un Neil Young muy anciano todavía cree que tiene que defender las técnicas culturales del siglo XX contra la modernidad. Ahora que la tecnología ha cambiado la cultura misma, cuando las canciones mueren una segunda muerte, no caen en casa con el anzuelo. Contra mezclas aleatorias y listas de reproducción automáticas, literalmente configura un álbum en una sola pieza. “Before And After” permite que 13 temas fluyan juntos como una destilación de 48 minutos de sus sets en solitario en el verano de 2023. Guitarra, voz, arpa, armonio, piano.
Aunque Young sobrecarga la obra con su dogma, hay que dar fe de que consigue una recontextualización coherente de canciones antiguas y no tan antiguas que, a diferencia de “Mr. Soul” y “Comes A Time” – hasta ahora a menudo han llevado una existencia sombría y ahora se les permite exhibirse nuevamente, unidos por – qué más – el amor y la muerte, y también en el sentido ampliado de una “Madre Tierra”. ” (de “Gloria andrajosa”)).
Guitarra, voz, arpa, armonio, piano.
Especialmente en la sección intermedia, “Antes y después” se convierte en una devoción de un artista que parece hablar más consigo mismo que con su comunidad. Culmina con “When I Hold You In My Arms”, de cinco minutos de duración, libre del pastiche retro-soul del original de “Are You Passionate?”. Anteriormente en “If You Got Love”, una canción del poco querido experimento de vocoder “Trans”, su voz se aleja en el coro, como abrumada por el amor que está ahí (o no). “Siento que morí y fui al cielo”.
Tampoco debe perderse “A Dream That Can Last”, su réquiem “Sleeps With Angels” para Kurt Cobain. Pero todavía queda un camino de oro. ¿También un corazón? “¡Mi corazón, mi corazón, tengo que conservar mi corazón!”, ruega Young. Y: “Aún no es demasiado tarde, tengo que ir a algún lado”, para sentir inmediatamente que ya no tiene que ir a ningún lado. “Si no sabes de qué estás hablando, no te olvides del amor”, advierte Young, ahora que muchas personas no saben de qué están hablando, pero aun así les gusta hacerlo todo el tiempo.
Autor: Jörg Feyer