Una reinterpretación con aroma a musgo con un conjunto de música de cámara del debut del saxofonista londinense.
El aclamado debut de Laura Misch, SAMPLE THE SKY, una oda orgánicamente crepitante a la naturaleza, no se lo puso fácil a los críticos. ¿La saxofonista londinense tenía un pie en el jazz y el otro en el folk? ¿Su brazo izquierdo colgaba de la electrónica y el derecho incluso del dream pop? El científico biomédico ha dado la vuelta a este álbum y ha eliminado todo lo que requiere un encaje.
Sin embargo, esto sólo facilita de forma limitada la asignación de géneros. Con un violonchelista, un guitarrista y un arpista, se agachó entre plantas secas y volvió a grabar en vivo y en acústico sus canciones de 2023, que ella no llama «regrabadas», sino «recrecidas». El disco debería “sentir como el bosque”. El resultado es menos una sonata abrazando árboles que una colección de música de cámara hermosa y fuera de tiempo que tiene derecho a existir junto a los originales.
El elegante saxofón de Misch, que suena como oboe, equilibra el arpa, a veces demasiado dominante: en lugar de infundir un buen humor funky en los oídos del oyente, lo recibe con un poco de timidez, pero siempre de manera amigable. El intento de crear un álbum hermano sin filtros fácilmente podría haber sonado redundante o intentado. Pero Misch demuestra ser una extraordinaria artista de la calma que también domina este desafío: con un álbum que huele a musgo.
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