Reseña: Bill Callahan :: «YTILAER» – Mirror, Mirror


Y estamos saliendo de los sueños/ Como estamos volviendo a los sueños”, canta Bill Callahan en la primera canción de su nuevo disco. El sueño ha sido durante mucho tiempo un motivo central en la obra del compositor estadounidense. Sí, a menudo usa la palabra «sueño» indistintamente con «canción» en entrevistas, títulos de álbumes y canciones. Sin embargo, su obra maestra Shepherd In A Sheepskin Vest (2019) parecía un despertar. En esas canciones arrancadas de una crisis de escritura, no contaba historias/sueños lacónicos y surrealistas, sino más bien de (su propia) vida: cantaba sobre el nacimiento, el amor y la muerte.

En el seguimiento, «Gold Record» (2020), volvió a retirarse, pero estas canciones también tenían una nueva profundidad, arrancadas de la vida. El título del nuevo álbum es un reflejo de la palabra «realidad». Según Callahan, las doce canciones son un intento de volver a familiarizarse con las cosas básicas de la vida después de años en un estado de emergencia (pandémico).

Como fragmentos dispersos de un espejo

El álbum describe el viaje de un largo día hacia la noche, comenzando al amanecer con los niños saliendo de las sombras del pasillo y terminando con el anochecer, los planetas cantando en el cielo y el último invitado de una fiesta: «Pensamos que nunca te vayas». Callahan canta sobre la inspiración («Siento que algo se avecina: una enfermedad o una canción») y los sueños que te persiguen más allá del sueño, de ser expulsado del paraíso, de la madre que fallece y permanece en el bardo para asegurarse de que el nieto esté bueno, de las alegrías paternales y de Dios, del escapismo y del fanatismo religioso, de los coyotes, los bichos, los marranos y los caballos.

Rompe la escasez de los últimos álbumes en algunos lugares. Las trompetas apocalípticas, las guitarras distorsionadas, los drones y los órganos tenues tienen tanto espacio como las voces armónicas femeninas, el punteo acústico de filigrana y el piano goteando como el rocío de la mañana. Como fragmentos dispersos de un espejo, estas canciones muestran numerosos reflejos de la realidad: vemos lo vivido, lo pensado y lo soñado, el mundo interior del mundo exterior del mundo interior. «Dicen que nunca despiertes a un soñador», canta Callahan. «Tal vez así es como morimos / Ahora me doy cuenta de que los sueños son reales».

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