"Reiniciar" la cabeza del Inter y suplir las ausencias: la doble tarea de Inzaghi

El Udinese no es el mejor rival al que enfrentarse en este momento y el grupo debe recuperar la seguridad de los días anteriores: a menos de 4 días del próximo partido, el del técnico es un reto contrarreloj

Si se tratara de un campeonato de mediados del siglo XX, Simone Inzaghi tendría una semana para mimar el alma herida de sus jugadores y recargar energías para el próximo partido. En cambio, desafortunadamente para el Inter, estamos en 2022 y el calendario está muy ocupado, con la Serie A trayendo al campo a los campeones reinantes ya el domingo contra un Udinese ligero, despreocupado y amenazante. El tiempo es corto, menos de cuatro días, pero el entrenador tiene la urgencia de asegurarse de que todos entiendan la naturaleza extraordinaria del desliz de Bolonia.

Cicatrización

El primer y más obvio punto a resolver es la moral. Puede parecer trivial, pero el patatrac de Dall’Ara es doloroso. Es para sufrir una remontada, tanto más por faltas propias y es con un «mañana» en el que el Milan está a la cabeza del campeonato, sin asterisco que disolver. En el periodo negro del Inter entre febrero y marzo, el técnico y los jugadores habían subrayado en reiteradas ocasiones que la dificultad de una apretada agenda se resumía en los ajustados plazos para reunir las energías mentales para preparar el próximo partido. Cuando ganas la tarea es fácil, pero si pierdes… El grupo Inter, ese es el objetivo del técnico, debe llegar a Udine con el espíritu de las últimas semanas y el comienzo del partido en el Dall’Ara . Abrumador, proactivo, seguro de sus propios medios.

Handanovic como Brozovic

Capítulo dos: ausencias. El error de Ionut Radu corre el riesgo de dejar tras de sí un mensaje subliminal peligroso, a saber, que existen brechas insalvables. Ocurrió con las bajas de Marcelo Brozovic tras el viaje al Liverpool, con un centro del campo irreconocible sin el croata. Esta vez faltó Samir Handanovic y el suplente se convirtió en protagonista negativo. Con las condiciones a evaluar por el esloveno y Alessandro Bastoni, el grupo no puede correr el riesgo de sentirse impotente sin algunos peones específicos. También porque la plantilla del Inter es muy competitiva y el equipo tiene la solidez suficiente para suplir los huecos de los lesionados. Hakan Calhanoglu también se perderá al Udinese por descalificación, pero para aspirar a la segunda estrella se necesita una formación independientemente de quién falte y plena confianza en quién está. El tiempo se acaba, pero Inzaghi sabe que tiene que evitar el riesgo letal de 22 piernas temblorosas en el Dacia Arena. Tienes que apretar el botón de «reiniciar» y reanudar desde el último punto de control, el espléndido gol de Ivan Perisic a los tres minutos. Ese es el Inter que necesitamos.



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