Régine Zylberberg, diva del club e innovadora de la vida nocturna, muere a los 92 años


Regine ZylberbergImagen Getty Imágenes

Ella misma se había inventado su apodo, pero eso no hacía que el título honorífico fuera menos merecido. Régine Zylberberg, fallecida ayer, se hizo conocida como la ‘reina de la noche’ francesa, y como tal se la conmemora desde Francia hasta Mónaco y Estados Unidos.

Zylberberg nació en 1929 en Anderlecht y huyó con sus padres a Francia al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Allí, también, la familia judía polaca tuvo que esconderse, pero el adolescente en crecimiento sobrevivió al Holocausto. Después de la guerra, Zylberberg se especializó en el canto: interpretó alegres baladas de amor en los teatros y clubes nocturnos de París y se convirtió en una gran vocalista en Francia. Pero ganó su eterna fama mundial después de su carrera en el escenario. En 1957, Zylberberg abrió su propio club, apropiadamente llamado Chez Régine, en la Rue de Ponthieu, a tiro de piedra de los Campos Elíseos.

La discoteca se convirtió en una sensación, en primer lugar por su decoración con espejos en el techo y una pista de baile translúcida con imágenes de panteras de fondo. Pero también porque la Paris muy hip y distinguida se reunió en la carpa. Zylberberg se convirtió en una estrella de la hospitalidad, abriendo Chez Régines en Londres, Nueva York y Montecarlo.

Mientras tanto, se hizo cargo del club Le Whiskey à Gogo en París y escribió historia allí. En una discoteca de la ciudad alemana de Aquisgrán ya se había avistado a finales de los años 50 al primer disc jockey, que pinchaba discos en una discoteca. Zylberberg decidió refinar esa novedad. Tiró la máquina de discos que había estado en servicio durante años de Le Whiskey à Gogo e instaló dos tocadiscos en su lugar, que conectó entre sí y con el sistema de sonido. La propia anfitriona se situó detrás de los platos, pudiendo ahora poner música en directo sin molestos silencios en el repertorio. Al hacerlo, Zylberberg inventó la ‘discoteca’ moderna, donde la música se tocaba sin parar.

La magnate de los clubes nocturnos continuó abriendo clubes y también dejó su huella en la cultura de la vida nocturna en la década de 1970, especialmente en los Estados Unidos. Zylberberg se mudó a Nueva York y ocupó un piso en el famoso Hotel Delmonico, donde también abrió de inmediato un club nocturno. También desarrolló una línea de moda con ropa que no se arruga, que se suponía que haría que la vida nocturna fuera aún más placentera.

Zylberberg disfrutó de su fama mundial, pero a veces también se dejó llevar por ella. A fines de la década de 1990, la diva del club fue arrestada después de volar en American Airlines porque ella y su hijo Lionel encendieron cigarrillos y se negaron a apagarlos nuevamente. El cantante, empresario e innovador de la vida nocturna falleció ayer a los 92 años.



ttn-es-23