Los incentivos fiscales para la valorización energética y la mejora del parque inmobiliario pueden convertirse, cuando sea compatible, en una herramienta para políticas de regeneración urbana de mayor alcance. En este caso no se tratarían de edificios individuales sino colectivos. Se trataría entonces de intervenciones territoriales integradas en grandes áreas urbanas, donde confluyen la gran cantidad de recursos disponibles entre el PNRR y la PNC. Esta es la conclusión del dossier “Políticas de regeneración urbana: perspectivas y posibles impactos”, elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara en colaboración con Cresme, presentado el pasado 15 de junio a la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara. “El Informe – dijo la presidenta de la comisión, Alessia Rotta (Pd) – es útil para hacer un panorama de las herramientas, financiamiento y regulaciones existentes y futuras, con el objetivo de traducirlo en una estrategia pronto”.