Reforma fiscal, aquí los puntos impugnados por los sindicatos


Sobre la delegación de la reforma fiscal que el gobierno ilustró a los sindicatos, convocada en el Palacio Chigi para una reunión informativa, CGIL, CISL y UIL expresaron un clara oposición tanto por razones de mérito como de método. El proyecto de ley que pretende revolucionar estructuralmente el sistema fiscal italiano 50 años después de la última reforma que data de 1971, se presentará al Consejo de Ministros el jueves 16 de marzo para su aprobación e inicio del trámite parlamentario. El gobierno espera que la adopción de los decretos delegados se produzca dentro de los 24 meses siguientes a la entrada en vigor de la ley habilitante.

Críticas al método seguido por el gobierno

Los sindicatos primero plantearon una cuestión de método. Desde hace meses, la CGIL, CISL y UIL piden el lanzamiento de un debate sobre las propuestas que incluyeron en la plataforma unitaria sobre tributación en agosto de 2020, y cuestionan la decisión del gobierno de convocar a los interlocutores sociales en vísperas de la aprobación de la proyecto de ley en consejo de ministros, sin que por ello se haya iniciado un diálogo para poder incidir en la instalación del proyecto de ley de delegación. El gobierno, sin embargo, sostiene que la discusión puede tener lugar durante el proceso parlamentario de aprobación de la delegación y posteriores medidas de implementación.

El «no» al impuesto único

El Gobierno apunta a una reforma del Irpef sobre tres tipos -la barra se fijará en función de los recursos disponibles- de cara a la posterior implantación del IETU. Los sindicatos están en contra de la introducción del impuesto único, porque beneficiaría a las rentas altas, mientras que para la CGIL, CISL y UIL, debe garantizarse la progresividad de la tributación prevista en la Constitución, para proteger las rentas más bajas. Los sindicatos piden una fuerte reducción de impuestos en beneficio de los empleados y jubilados, «los que pagan impuestos hasta el último centavo».

Reducción fiscal en aumentos contractuales

Los sindicatos también piden una rebaja de impuestos sobre los aumentos contractuales previstos en los contratos firmados por las organizaciones más representativas, para favorecer el cierre de la ronda contractual que implicará a 7-8 millones de trabajadores en el próximo año y medio. Luego está el tema del fortalecimiento del bienestar empresarial, luego de que el tope de las prestaciones libres de impuestos subiera a 600 euros durante la emergencia, y a finales de 2022 llegó a 3 mil euros, en 2023 volvió a 258 euros. Además, solo para 2023, la tasa sustitutiva de los bonos de productividad de hasta 3 mil euros se redujo a la mitad del 10 al 5% para ingresos de hasta 80 mil euros; los gremios piden prorrogar la desgravación fiscal para los siguientes años.

Las intervenciones en esos frentes, según los sindicatos, deben enmarcarse en el contexto de una política de ingresos, sobre la cual abrir una discusión entre el gobierno y los actores sociales, para dar alivio a los salarios de los trabajadores comprimidos por la inflación. Pero el gobierno, si bien estuvo de acuerdo con algunas de estas propuestas, planteó el tema de los recursos limitados disponibles.



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