Referéndum sobre ‘presidente AMLO’ divide a mexicanos

Es la primera vez en la historia que se le pregunta al pueblo mexicano si quiere que su presidente continúe o se retire. La posibilidad de un referéndum sobre el retiro del mandato de un presidente, la llamada revocación, está en la constitución mexicana pero nunca antes se había invocado. El presidente mexicano es un firme partidario de los plebiscitos.

Corrupto

“La principal importancia de una revocación es que se puede usar contra un presidente que es corrupto o que oprime al pueblo, como ha sucedido en el pasado”, explica el analista político Eduardo Huchim. “Si el electorado hubiera podido usar esta poderosa herramienta entonces, podría haber mandado al presidente a casa”, dijo el exmiembro del Instituto Nacional Electoral (INE). “Dada la popularidad que aún goza López Obrador entre los mexicanos, no le van a revocar el mandato”.

Los opositores encuentran innecesario el ejercicio en democracia del domingo 10 de abril porque López Obrador ha sido elegido democráticamente y apenas puede terminar su mandato. El referéndum cuesta mucho dinero de los contribuyentes y, en su opinión, solo sirve para confirmar la popularidad del presidente. Según las encuestas de opinión, fluctúa alrededor del 60%. AMLO asumió el cargo en 2018 con el 53 por ciento de los votos. Su mandato expira en 2024.

obstáculo

Mientras el presidente promociona el referéndum como un ejercicio democrático, para horror de sus críticos, el presidente quiere desmantelar la institución independiente INE que organiza las elecciones. Vería esto como un obstáculo para sus reformas, que incluyen la atención a los más de 50 millones de mexicanos que viven bajo la línea de pobreza y la abolición de los privilegios de los funcionarios públicos y la corrupción.

“El INE es uno de los pilares más importantes de la democracia mexicana”, dijo el columnista Enrique Quintana al diario El Financiero. Cerrar o reformar el INE podría significar, a su juicio, que el poder de gobierno ya no se alterne entre los distintos partidos. El regreso a un monopolio de partido único, como lo tuvo el PRI durante 70 años, es entonces un riesgo.



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