CHay personas y famosos que han hecho de su armario su caballo de batalla personal. Steve Jobs era muy reconocible porque casi nunca abandonaba su jersey de cuello alto negro, lo mismo puede decirse de Mark Zuckemberg. Lo mismo ocurre con Matilda Kahl, directora artística de una de las agencias de publicidad más importantes del mundo, Saatchi & Saatchi en Nueva York, y Fran Lebowitz, escritora, actriz e ícono neoyorquino. Pero, ¿qué importancia tiene tener un armario fácilmente reconocible? Fundamental. Más allá de crear el personaje, Tener un armario cápsula es importante para aliviar el estrés y la carga mental diaria.
Estrés y carga mental: los beneficios de un vestuario uniforme
En un armario lleno de ropa siempre llevas las mismas cosas. Es un hecho que casi todos tenemos en común. Pero no es crítico aligerar tu carga mental diaria. Para ello es necesario un paso posterior: tener únicamente las mismas prendas en tu armario. Por ejemplo, tener diez suéteres de cuello alto negros idénticos y cinco pares de jeans para poder vestir siempre igual todos los días. ¿Síntoma de pereza, falta de imaginación y poco interés por la moda? Puede ser.
Sin embargo, muchas celebridades no sólo son reconocibles precisamente por su vestuario reducido al mínimo, adoptando el llamado Armario Cápsula, sino que Esta técnica reduce enormemente la carga mental diaria.
«Un número limitado de prendas, siempre del mismo estilo, puede ayudar a reducir el estrés. La razón está en la forma en que funciona nuestro cerebro: Toda decisión, que implica revisar un determinado número de opciones, sopesarlas y discriminarlas, implica una inversión en energía.” el responde Marco Florio, psicólogo de Stimuls Italia.
En otras palabras, no tener opciones te permite ralentizar y descansar tu cerebro permitiéndole concentrarse, para ser más productivos y constructivos, en otras decisiones que son más importantes para nosotros.
Del armario a la mente hay un paso corto
Un discurso que no marca la diferencia. A lo largo del día hay que tomar muchas decisiones, desde las más pequeñas hasta las más grandes, haciendo que la mente trabaje mucho lo que puede desgastarse con el tiempo. Por eso tener muy pocas opciones, o mejor aún ninguna, es de gran ayuda para la mente. Pero también para la autoestima de las personas..
El concepto de El Armario Cápsula nació en los años setenta. Precisamente en 1973, cuando Susie Faux, gracias a la apertura de su tienda en Londres, se dio cuenta de la necesidad de las mujeres de poseer prendas y accesorios que combinaran perfectamente entre sí y estuvieran disponibles en muchas variaciones.
Era una forma de darles seguridad pero también de facilitarles la elección diaria de qué ponerse: «Desde el punto de vista de la carga mental, poco importa si la decisión es muy importante para nuestra vida, como por ejemplo aceptar un trabajo. oferta, o tiene un valor significativo, tan efímero como elegir una camisa blanca o roja. Llevar siempre el mismo tipo de ropa responde, de alguna manera, a un principio de economía psíquica, así como a un efectivo ahorro de tiempo.».
No sólo vestuario imprescindible: otras estrategias contra el estrés mental
«Es un estilo minimalista, que ayuda a maximizar el número de combinaciones posibles entre prendas. El “armario cápsula” requiere que primero ordenes tu guardarropa, seleccionando prendas cómodas y de calidad que se ajusten a tus gustos. El principio en este caso es la ropa sostenible, contra la tendencia a la acumulación de la moda rápida”. Por estas características, este vestuario en particular no es una técnica apta para todos si se necesita reducir la carga mental.
Para muchos, la idea de no cambiarse nunca de ropa, de “verse” siempre con la misma, es en sí misma una forma de estrés. convencidos de que no hay evolución y por tanto cambio en sus vidas. En este caso se pueden adaptar otras estrategias que, además de bajar la carga mental, también crean una sensación de control. Por ejemplo, ayuda planificar las comidas, crear una rutina por la mañana y por la noche o programar todos tus pagos una vez al mes. Todos estos hábitos ayudan porque entran en la rutina personal, volviéndose automáticos y, por tanto, permitiendo que el cerebro descanse.
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