Reducción de cotizaciones del Sur, impuesto web, Ires y descuentos: avalancha de medidas correctoras finales al presupuesto


Otro día de espera en la comisión presupuestaria de la Cámara terminó ayer por la tarde con la llegada de un nuevo paquete de enmiendas de los ponentes que recoge la larga lista de cambios preparados inicialmente como medidas correctoras por el Gobierno. La nueva apariencia formal sirve para evitar dos obligaciones: preparar los informes técnicos de los cambios y dar tiempo a los grupos para presentar cualquier subenmienda. Más allá de los tecnicismos, la medida es, en resumen, una señal clara de las dificultades que experimenta la ley presupuestaria en sus primeros pasos parlamentarios, que ahora se espera que se aceleren a partir del lunes por la mañana a las 10.30 horas: en ese momento, un sin parar en la comisión tendrá como objetivo llevar el texto a la Cámara el martes por la mañana, antes del discurso de la Primera Ministra Giorgia Meloni sobre el Consejo Europeo por la tarde. En cualquier caso, entre discusión general y cuestión de confianza, el texto no será aprobado por Montecitorio antes del jueves por la tarde al viernes por la mañana.

El largo estancamiento, junto con la aparición de cambios en los salarios de los ministros, las concesiones de autopistas y la distribución de electricidad y el asesoramiento extracomunitario a los parlamentarios (la ley anti-Renzi) ha aumentado la tensión entre la mayoría y la oposición, aumentando así algunas tensiones adicionales incertidumbres también sobre la carrera prevista para los próximos días.

A nivel sustancial, entre las principales innovaciones contenidas en los borradores del nuevo grupo correctivo se encuentran la intervención sobre la descontribución en el Sur, que reduce los recursos puestos a disposición de las empresas del Sur y lo contrario sobre el Web Tax y los bitcoins. El impuesto digital vuelve a centrarse únicamente en las grandes empresas porque se deja de lado la hipótesis de cancelar el umbral mínimo de facturación de 750 millones de ingresos, que se aplica una vez más tanto a las empresas que operan en Italia como a las que tienen actividades en el extranjero. La represión sobre los criptoactivos también se está relajando: el máximo aumento del impuesto sustitutivo al 42% desaparecerá para 2025, que por tanto se mantendrá en el 26%, mientras que en 2026 el gravamen sólo aumentará al 33%.

En los nuevos textos finalmente aparece también la recompensa IRES para las empresas que retienen el 80% de sus beneficios en la empresa y reinvierten el 30% de ellos en activos de transición 4.0 y 5.0 (ver artículo en la página 3). En la versión elaborada por el Gobierno, el recorte de 4 puntos porcentuales queda limitado únicamente al año 2025, como anticipa este periódico, a diferencia de la propuesta presentada por Azione (Bonetti, Benzoni) que lo introdujo de forma estructural con los correspondientes recortes del gasto.

Entre las próximas innovaciones se encuentran también el techo de gasto fijado en 2.200 millones de dólares para la Transición 4.0 y la introducción del llamado grifo: una vez que se agoten los recursos, el beneficio se detendrá para evitar nuevos sobrecostos ultramillonarios como los registrados en los últimos meses por el Mef. Para las empresas, cabe destacar también el aumento de 600 millones en la dote para las ZEE únicas y las nuevas regulaciones para las ZEE agrícolas.



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