Tras la derrota en los penaltis ante el Eintracht Frankfurt, la Diosa levantó la cabeza y venció a los franceses. Y el marfileño vuelve a alegrarse
Tres goles marcados, al menos cuatro cerca, pocos peligros corridos: el Niza tuvo bajas (no más que Gasperini…), pero sigue siendo un equipo de la Ligue 1, que antes del parón había mostrado un crecimiento y ganó su grupo de la Conference League. En definitiva, una prueba fiable y con este seco 3-0, fuera, la Diosa confirmaba los buenos indicios que ya habían surgido en Gewiss, en el Trofeo Bortolotti hace una semana. Entre otras cosas, tres goles con la firma de tres delanteros: esto tampoco es mala señal. Para el técnico nerazzurri también fue una prueba experimental por obligaciones por ausencias: «world players» aún en Qatar (Pasalic) o en vacaciones post Qatar (De Roon y Koopmeiners), lesionados de larga duración (Zappacosta) y más recientes (Demiral, Hateboer y desde ayer Palomino, por cansancio muscular), abandono in extremis (Lookman, que se quedó en Bérgamo con gripe).
Las elecciones de Gasp
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Así, el técnico desempolvó el 3-4-1-2, con Malinovskyi -todavía un poco desconectado del juego- de centrocampista ofensivo detrás de la inédita pareja Hojlund-Zapata, con el igualmente inédito Maehle de centrocampista junto a Ederson, con Soppy siempre en banda pero retrasado en el centro del campo respecto al ensayo ante el Eintracht de hace una semana y Ruggeri en el otro carril, por la izquierda. Y fue precisamente del chico de Zingonia, tras un cuarto de hora de puro dominio del Niza, que llegó el atisbo del partido: un roce perfecto, como el timing de Hojlund al ir de cabeza, anticipándose de plano al Lotomba. 4′ del descanso, y llegó el doblete: Zapata había «matado» su gol personal poco antes, obligando a Schmeichel a proteger su poste con un desvío a córner, y lo encontró con un giro enfadado, yendo a jugar detrás de la línea defensiva francesa para aprovechar un taconazo de Scalvini, a sugerencia de Maehle. Luego, para mantener el 2-0 arriba, el tiro envenenado de Laborde requirió un extraordinario reflejo de Musso, que ya había bloqueado en al menos otras tres ocasiones, aunque con atajadas menos «limpias» que la anterior.
finalmente bogue
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No hizo falta más en la segunda mitad, ni siquiera Sportiello, para mantener el 2-0 en la heladera, porque el Niza no hizo mucho por devolver el equilibrio al partido. Precisamente, fue el Atalanta el que acercó varias veces el 3-0, con un zurdazo de Ruggeri (inspirado en Ederson), una especie de penalti tirado alto por Malinovskyi en una posición muy favorable, una buena combinación Zapata-Hojlund y otra alta. Disparo del colombiano, semi libre en el área tras una buena reanudación. Y el trío llegó a pocos segundos del final, con una combinación Muriel-Boga: el toque del colombiano para su compañero fue espléndido, y cerró encontrando el cruce contrario.
16 de diciembre de 2022 (cambio 16 de diciembre de 2022 | 22:32)
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