Red Bull ya está en 2024: Newey inventa para seguir ganando

Paolo Filisetti y Mario Salvini

Los Red Bulls son como el horizonte. Todos los demás equipos reman para llegar a él, pero es una ilusión, óptica y técnica: se aleja cada vez más. Aunque es una actitud max verstappenpara el director de su equipo chris hornerpor la eminencia gris Helmut Marko quien como en una película de espías todos definen como «El Consejero». Son superiores, lo disfrutan, como es normal. Simplemente no dudan en utilizar su hegemonía como un arma, incluso psicológica. Es una habilidad y una forma de bullying que llamarías etimológicamente, si acosoen inglés, realmente derivado de “toro«, toro. En cambio, dice el diccionario de Oxford, desciende de Boel, palabra – obsoleta – holandés (casualmente…) que significa (va) «amante». Más concretamente: no basta con haber ganado 10 de 10 carreras, para perseguir la 11ª que igualaría el récord de McLaren en 1988. El 208 puntos por delante de Mercedes entre los Constructores y el 99 que el Capitán Max ha comparado con su subordinado Sergio Pérez. No es suficiente haber matado el campeonato: en nombre de una guerra implacable de nervios, también debemos quitarle la esperanza a nuestros oponentes. y ahí RB19, ya inexpugnable desde Bahrein, en Budapest se presenta no con cierto desarrollo, sino realmente revolucionado, como diciendo que no quiere vencer a sus oponentes, quiere destrozarlos. Aviso que el que está en pista sigue siendo el coche de 2023, pero también es un tráiler del año que viene. Una película que no gustará a ninguno de ellos.



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