La tecnología está destinada a enfriar equipos en el espacio y también podría usarse para enfriar los cables mientras se cargan las baterías de los vehículos eléctricos (EV), según la NASA. Por lo tanto, el tiempo de carga sería de apenas cinco minutos e incluso menos, mientras que hoy en día se necesitan horas en casa para cargar completamente una batería de este tipo. Puede continuar en la carretera después de veinte minutos de tiempo de carga.
Pero la tecnología de refrigeración, desarrollada por científicos de la Universidad de Purdue con fondos de la NASA, podría aumentar la cantidad de corriente eléctrica de los cargadores de automóviles eléctricos a unos 1400 amperios, un objetivo al que apunta la industria. Hoy en día, se pueden bombear hasta 520 amperios a una batería EV. El conocido Supercargador Tesla alcanza una corriente máxima de 180 amperios, mientras que los cargadores estándar no suelen soportar ni siquiera 150 amperios. El cable de carga de Purdue incluso pudo entregar 2400 amperios durante los experimentos, mucho más que los 1400 amperios necesarios para reducir el tiempo de carga a cinco minutos.
Los científicos lograron entregar 4,6 veces más energía a la batería de un vehículo eléctrico que el cable más rápido de la actualidad, gracias a la nueva tecnología de refrigeración que puede eliminar hasta 24,22 kilovatios de calor, según la NASA. La tecnología utiliza un líquido en un estado sobreenfriado, que puede extraer más calor de los cables de carga para evitar el sobrecalentamiento.