Ratas, paredes mohosas y peligro de derrumbe: KSA Dikkebus demanda la condición del edificio
“Durante años se hicieron acuerdos y promesas de posponerlos o retirarlos nuevamente. El lunes 11 de julio era el día en que finalmente iniciaríamos la mudanza. El día que líderes, padres, niños y simpatizantes han estado buscando durante años. El día en que esto nuevamente no se llevó a cabo porque la ciudad de Ypres tiene un presupuesto demasiado corto”, escribe la directora Laura.
Peligro de colapso
El movimiento juvenil denuncia principalmente la situación insegura en el edificio. “Desde hace diez años no nos permiten subir a nuestro primer piso porque nuestro edificio se está derrumbando. En 2015 se quemó parte del edificio por un corto circuito en el cuadro eléctrico. Eso significa una pérdida de espacio de almacenamiento, pero sobre todo Todo el fin de un local para dar actividad en interiores. (Lea más debajo de la foto).
Ya sea con lluvia, granizo o nieve: los niños tienen que jugar afuera. “En el invierno usamos suéteres gruesos y mantas, porque solo un sistema de calefacción ha estado funcionando durante años. Nuestro material se debilita y se rompe porque llueve adentro. Muchas paredes tienen manchas de humedad o han estado mohosas durante años”.
“Por todas partes en el edificio hay pedazos que caen de las paredes, hay agujeros, grietas y derrumbes. Recientemente, el alféizar de la ventana también se derrumbó, así como así… Tenemos un grifo donde sale agua helada. El grifo gotea y cuelga apenas encima de un zócalo”.
Invitados no deseados
El edificio no solo es inseguro, sino que tampoco está debidamente asegurado. “Hemos tenido períodos en los que hubo robos semanales. Las ventanas rotas se reemplazan por un trozo de plástico o un trozo de madera”.
“Últimamente hemos tenido cada vez más problemas con las ratas. La puerta del garaje, por donde entran, está rota, por lo que hay que mantenerla cerrada con una cuerda. Toda la cocina está llena de excrementos y orines. las lonas están llenas de agujeros”.
“El valor comienza a hundirse en nuestros zapatos”
La situación es desesperada para el liderazgo. “Somos una buena pandilla, hacemos todo voluntariamente y disfrutamos mucho haciendo esto, pero estamos empezando a perder el coraje”.
Con la carta abierta, la KSA espera que haya una solución a “esta situación desesperada”. “Es un grito de ayuda para poder seguir existiendo como movimiento juvenil”.