Rareza en Irak: alto oficial condenado a cadena perpetua por matar a manifestantes pacíficos


Noviembre de 2021. Una manifestación antigubernamental en Irak, en honor a los manifestantes que murieron en las protestas de 2019.Imagen ANP/AFP

El teniente coronel es responsable del asesinato de decenas de manifestantes hace más de tres años en la ciudad sureña de Nasiriyah. Los activistas celebran la condena del oficial, llamado Omar Nazar, como un éxito: la violencia del gobierno rara vez se castiga en Irak.

En la mañana del 28 de noviembre de 2019, Nazar ordenó abrir fuego durante una manifestación antigubernamental, según un tribunal del sur de Irak. Al menos 24 personas murieron y 200 resultaron heridas, según Naciones Unidas. Un día después, otros 17 fueron asesinados.

Posteriormente, el general de la unidad de Nazar retiró las manos de la masacre, alegando en los medios que Nazar había actuado por su propia cuenta. Posteriormente fue arrestado en febrero del año pasado. Un total de 95 familias habían denunciado contra Nazar. Cerca de cien iraquíes testificaron en el juicio sobre lo que habían visto.

Sobre el Autor
Jenne Jan Holtland es corresponsal en Medio Oriente de de Volkskrant. Vive en Beirut y es el autor del libro mensajero de maputo (2021).

Las protestas (conocidas localmente como ‘Tishreen’) fueron parte de una ola de manifestaciones en todo el país, con jóvenes exigiendo el fin de la corrupción masiva, el desempleo y la fuerte influencia del vecino Irán. Fue el movimiento social más grande del país en años. El consulado iraní en Najaf se incendió. Al menos 600 personas murieron en todo el país debido a la brutal represión de las fuerzas de seguridad. Como resultado, el entonces primer ministro Adel Abdul Mahdi presentó su renuncia. Las reformas nunca se materializaron. Sin embargo, algunos líderes de Tishreen han sido elegidos para el parlamento iraquí.

‘Hito apenas alcanzado.’

Tras el veredicto del juez, el domingo pasado, los familiares salieron del juzgado vitoreando y gritando. ‘End Impunity Iraq’, un colectivo de activistas de derechos humanos en el exilio, habla de un ‘hito apenas logrado’ en una respuesta. La organización ha estado haciendo campaña por la persecución durante años. Dicen que Nazar es la ‘encarnación’ de una clase política corrupta que ha asesinado impunemente a activistas bajo sucesivos gobiernos. Las milicias chiítas, importantes en la lucha contra el Estado Islámico, tienen una mano firme en el gobierno de Bagdad y han tratado sin piedad a sus críticos en los últimos años.

Nazar fue previamente desacreditado por su papel en los combates alrededor de Mosul contra el Estado Islámico (EI) en 2016 y 2017. Era un oficial en una división de élite («Respuesta de emergencia») que torturó a los iraquíes a gran escala, solo sobre la base de de sospechas de que eran miembros del EI. No ha sido procesado por esos posibles delitos. El hombre que expuso los crímenes en ese momento, el fotógrafo Ali Arkady, aún vive en el exilio por temor a represalias. Según Arkady eran americanos fuerzas especiales consciente de la represión de Nazar, pero no hizo nada.



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