Radicchio d’oro: el ministro Nordio y los ciclistas afganos que Italia ha salvado

La velada en el Teatro Académico de Castelfranco Veneto entre deporte, gastronomía y sociedad civil. Los premios a Ceccon (campeona mundial de natación), Viviani (campeona mundial de ciclismo), el constructor Pinarello, la primera mujer árbitro Ferrieri Caputi, la ex Rizzoli y la solidaridad a través del deporte. Reconocimiento especial al Ministro de Justicia, de Treviso

El escenario del Teatro Académico de Castelfranco Veneto, joya de la ciudad de Giorgione. Es aquí donde cada año se repite la magia del premio Radicchio d’oro, el evento organizado por el consorcio y los restauradores Radicchio, presidido por Egidio Fior. Nacido en 1999 y ya en su 23ª edición, el premio se ha convertido en un punto de encuentro de grandes personalidades a nivel nacional, una celebración de la excelencia, un símbolo de personas que comparten los mismos valores.

El invitado más importante fue el Ministro de Justicia Carlo Nordio, originario de Treviso, que está en casa con Egidio Fior y también sigue al equipo ciclista, punto de referencia de nuestro movimiento (Fondriest, Cunego, Basso, Figueras, por ejemplo): a él el premio Casatella, que exalta el valor de Treviso. El ministro Nordio se reunió luego con los ciclistas afganos, vestidos con sus ropas tradicionales, que huyeron de la furia de los talibanes y encontraron la salvación en L’Aquila: llegaron a Italia el 27 de julio con el primer corredor humanitario entre Italia y Pakistán (donde habían llevado refugio). Su historia de heroísmo y lucha por la vida a través del deporte (hay 18 en Abruzzo, todos de la selección afgana), contada por la periodista Francesca Monzone, que se mantuvo en contacto con ellos en los momentos más oscuros de su huida a Pakistán y logró abrir la puerta corredores humanitarios para salvarlos, conmovió a todos los espectadores del teatro. Por solidaridad, también se premiaron a la actriz Manuela Arcuri por la película «Hoganbiiki» ya los creadores y autores del cortometraje «La segunda mitad de Julian Ross».

En el ámbito deportivo, entrega de premios al campeón mundial de natación Thomas Ceccon; al velocista Elia Viviani, dos veces campeón del mundo en pista, símbolo del movimiento italiano y punto de referencia para la generación de Ganna;

a Fausto Pinarello, el fabricante de Treviso que abastece a la selección nacional, el equipo Ineos-Grenadiers y es el más laureado de la historia del Tour de Francia (15 triunfos en 109 ediciones); a Daniele Santarelli, entrenador de Serbia, campeón mundial de voleibol y entrenador de Conegliano.

El Premio Luigi Agnolin fue para Nicola Rizzoli, uno de los tres árbitros italianos que oficiaron la final de la Copa del Mundo, y para Maria Sole Ferrieri Caputi, la primera mujer árbitro en la Serie A. Para la cultura, premios al periodista Fausto Biloslavo y al músico Andrea Griminelli. Gran atención al mundo de la comida y el vino y el emprendimiento, con premios al periodista y escritor Alberto Marcomini, al chef Isa Mazzocchi, a los empresarios Sabrina Carraro, Andrea Dallan y la familia Lando.



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