Después de todo, habrá elecciones presidenciales en Open Vld. Queda por ver si in extremis surgirá un rival creíble para Tom Ongena. La historia demuestra que a veces puede resultar emocionante.
Volvamos al 4 de julio. En la sede del partido liberal en Melsensstraat, Bruselas, se nombra presidente en funciones a Tom Ongena (47). Su mandato se extenderá hasta después de las elecciones de 2024 y su principal tarea es devolver la paz a las filas azules tras la tumultuosa salida de Egbert Lachaert.
A finales de junio, Lachaert dimitió repentinamente, tras una prolongada batalla de direcciones con el primer ministro Alexander De Croo. En las circunstancias actuales, el flamenco oriental ya no ve la posibilidad de llevar a Open Vld a las urnas.
Las elecciones presidenciales, que sin embargo son obligatorias en Open Vld, no se celebrarán el 4 de julio. Se trata de una designación política, por iniciativa del primer ministro. Aunque a esta designación se le da un tono democrático tras las críticas de sus propios partidarios. Se anuncia que el mandato de Ongena debe ser confirmado por un gran congreso de miembros en septiembre. De esta forma, su nombramiento seguirá recibiendo luz verde de la base.
ADN
Hoy parece que Ongena, tras una gira por departamentos locales en las últimas semanas, por fin quiere dar un paso más. Durante el congreso de miembros que se celebrará el sábado 23 de septiembre en el campus de la VUB se podrán presentar varias candidaturas, informa. Luego depende de los miembros que se presenten físicamente decidir quién llevará a Open Vld a las elecciones. Esta forma de trabajo fue aprobada el lunes por la junta directiva del partido.
“Me alegra que la junta directiva del partido haya aprobado mi propuesta. La democracia de los miembros está profundamente arraigada en nuestro ADN y la honramos con esta decisión”, escribe Ongena en un breve comunicado de prensa. Por teléfono aclara que se trata de un compromiso entre una gran parte de la base que no quiere perder el tiempo con una larga batalla interna y otra gran parte que valora la democracia básica. “Y yo mismo pertenezco a este grupo”.
No está claro si habrá candidatos rivales para Ongena. La gente suele fijarse en Els Ampe, la mujer de Bruselas que desde hace algún tiempo comenta con dureza la situación en Open Vld. Ampe tampoco escatima en esta ocasión en críticas. “Ciertamente no serán unas elecciones presidenciales en toda regla. A los candidatos de la oposición apenas se les dan unas pocas semanas para prepararse y, excepcionalmente, la votación digital no es posible. No es justo.”
Ampe dice que está considerando una candidatura a la presidencia. Por ahora, circulan pocos nombres más. Aunque nunca se puede descartar que un extraño llegue al poder. Las elecciones presidenciales son tradicionalmente un escenario para los recién llegados ambiciosos a un partido. Los candidatos deberán cumplir una serie de condiciones, como recoger un número mínimo de firmas de sus compañeros.
Contrario
En el escenario de pesadilla para la dirección del partido, pronto aparecerá un candidato de la oposición que movilizará a los descontentos partidarios azul oscuro. Ongena: “Pero tenemos que ser coherentes con nosotros mismos y creo firmemente en mi propio proyecto”.
El ex presidente Lachaert es el ejemplo vivo de que los miembros del Open Vld a veces tienen rasgos contrarios. En 2012, Lachaert, entonces un desconocido mandatario de Merelbeke, desafió a Gwendolyn Rutten a la presidencia. Rutten contó con el apoyo de Melsensstraat (en aquel momento una metáfora de una notoria “foto trampa” con Rutten en primer plano y todo el partido detrás de ella) y llegó a la final. Pero Lachaert logró hacerlo emocionante: de hecho recibió el 40 por ciento de los votos, especialmente desde el ángulo azul oscuro.
El propio Lachaert ha desaparecido por completo del primer plano. Ignora los debates en Open Vld y se encuentra en Rumanía desde este fin de semana, para un viaje en bicicleta por las montañas del Cáucaso.