¿Quién logró organizar la primera gran exposición italiana de Picasso después de la guerra?


METROilano. Los albores de la Reconstrucción. El auge económico aún está por llegar. Pero el capital moral tiene prisa: Paolo Grassi y Giorgio Strehler lavan las manchas de sangre y transforman el edificio donde los nazifascistas torturaron a los resistentes en el Piccolo Teatro; Arturo Toscanini dirige el primer concierto en la Scala restaurada tras los bombardeos; Los alcaldes socialistas aúnan la gran industria y la justicia social.

Picasso extranjero e inmigrante, una exposición política en el Palazzo Reale

En Roma manda la política, pero También en Roma renace la escena artística, animada por una gran mujer: Palma Bucarelli.al frente de la Galería Nacional de Arte Moderno. En Milán hay otra institución de clase mundial, Brera, liderada por otra gran mujer: Fernanda Wittgens.

Tanto Palma como Fernanda salvaron las obras maestras que les habían sido confiadas durante la guerra. Ambos lucharon en la Resistencia, Wittgens también estuvo en prisión por salvar a los judíos. Sin embargo, se desafían mutuamente.

Aldo Cazzullo (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

La disputa por Picasso

¿Quién de ellos organizará la primera gran exposición italiana de Picasso? ¿Quién podrá traer las obras del artista del siglo, el artista político por excelencia, prohibido por el fascismo? ¿Quién mostrará a los italianos por primera vez el cuadro que simboliza el horror de la guerra? Guernica?

Rachele Ferrario reconstruye La disputa por Picasso en un precioso ensayo publicado por La Tartarugauna de las marcas donde trabaja Elisabetta Sgarbi y su equipo, formado principalmente por mujeres, empezando por Claudia Durastanti.

Rachele Ferrario escribió “La disputa sobre Picasso. Fernanda Wittgens y Palma Bucarelli” (La Tortuga, 17,10 euros)

Ferrario es el biógrafo de Palma Bucarelli, Margherita Sarfatti, Umberto Boccioni. Tiene un talento particular para encontrar artículos, fotografías y cartas en archivos. Gracias a años de investigación, vuelve a proponer la “asonancia silenciosa” pero también la rivalidad entre Palma y Fernanda.

Lo que tal vez acabe en empate. Porque al final habrá dos exposiciones, ambas en 1953. El primero es el de Roma. Pero también estará en Milán Guernica. Y el escenario del Palacio Real, con la Sala de las Cariátides, que hoy como entonces muestra los signos de los bombardeos, es el más adecuado para valorar el genio de Picasso.

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