Para convencer al entrenador de continuar con la FIGC, podría nombrarlo supervisor de todas las selecciones nacionales. Crece el optimismo
En estas horas, Roberto Mancini anda como el vizconde partido por la mitad de Italo Calvino, partido en dos por un cañonazo. Nuestro entrenador estaba dividido por el derechazo de Trajkovski que nos dejó fuera del próximo Mundial.