¿Qué va mal entre Bielsa y Uruguay?


Una selección única, un nuevo curso, un campeón declarado, una nueva filosofía, un invitado de piedra…

El mito lleva a ciertos personajes a volar alto, muy alto, más allá de las nubes de la crítica. Puedes exaltarlos, puedes hablar de ellos, puedes estar en desacuerdo con ellos, pero ¡ay de ti si hablas mal de ellos porque es como molestar a los santos! En sus 34 años de carrera, por ejemplo, lo más negativo que probablemente hayas oído sobre Marcelo Bielsa es su apodo, El loco. Pero un buen lugar, eh. Su fútbol es disecado y explicado, sus métodos son analizados en detalle, sus compañeros lo citan como fuente de inspiración, hay fanáticos de Bielsa y nuevos Bielsas, sus frases se repiten como mantras y en los lugares donde entrena todos están locos. a él . Aunque en conjunto ha ganado poco -una Olimpiada y tres campeonatos argentinos- y nunca ha concedido una entrevista en su carrera (sólo habla en conferencias de prensa, que pueden durar más de una hora y son casi siempre un monólogo), está entre los Entrenadores más influyentes del fútbol moderno, y el propio Guardiola le considera el mejor del mundo. Por eso, el año pasado Uruguay decidió llamarlo para poner en sus manos uno de los fenómenos más bellos de la historia del fútbol: una nación con menos habitantes que Berlín que, cuando existe este deporte, se supera a sí misma y produce jugadores y empresas. del más alto nivel. Para explicar el legado uruguayo te lo han contado todo: la garra charrúa, el apego, el espíritu de emulación, etcétera. Muy bien, probablemente. Una joya para brillar con luz propia, sin duda.



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