¿Qué queda de Schengen ahora que Francia también está introduciendo controles fronterizos?


Se considera uno de los grandes logros de la Unión Europea el hecho de que los edificios aduaneros en las fronteras hayan sido reemplazados por carteles de bienvenida. Pero esa apertura europea parece estar llegando a su fin rápidamente: el viernes, el primer ministro francés, Michel Barnier, anunció controles fronterizos en toda la frontera francesa. Lo hizo siguiendo el ejemplo del canciller alemán Olaf Scholz, quien anunció la misma medida un mes antes para prevenir la migración irregular, la delincuencia transfronteriza y el terrorismo. Las mismas razones motivan la decisión francesa.

Los controles fronterizos serían temporales en ambos casos: del 1 de noviembre a abril del próximo año. Queda por ver si este es realmente el caso. Berlín y París han anunciado que evaluarán sus controles al cabo de seis meses. Según Jonas Bornemann, profesor asistente de Derecho Europeo en la Universidad de Groningen, el hecho de que Francia siga a Alemania indica que hay un “efecto dominó”. Según Bornemann, Francia y Alemania están enviando la señal a otros Estados miembros de que cerrar fronteras está bien. Cuando Alemania anunció sus planes en septiembre, el VVD y el PVV de los Países Bajos se mostraron entusiasmados.

La Comisión Europea, que hace cumplir los tratados que unen a los países europeos, hasta ahora no ha comentado sobre los controles fronterizos. La libre circulación de personas (y servicios) se estableció en el Acuerdo de Schengen en 1985. Los firmantes fueron Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. A lo largo de los años, un total de 29 países se han unido a la llamada zona Schengen: sólo Chipre e Irlanda no lo han hecho, y países no pertenecientes a la UE como Noruega y Suiza sí lo han hecho.

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Preocupaciones de seguridad

“El Acuerdo de Schengen establece que existe libre circulación de servicios y personas dentro de los Estados miembros. Pero eso nunca ha significado que los países hayan renunciado a todos sus poderes para controlar sus propias fronteras”. Ya en las primeras negociaciones de 1985 surgieron preocupaciones sobre la seguridad y la soberanía, según Maartje van der Woude, profesor de Sociología del Derecho en la Universidad de Utrecht. Y así se incorporaron cláusulas al tratado que dan a los países la oportunidad de recuperar el control de sus fronteras.

“Lo que están haciendo Francia y Alemania es legal”, afirma Van der Woude.

A los países Schengen se les permite controlar sus fronteras cuatro veces cada seis meses por razones de seguridad, pero ni siquiera entonces tienen que garantizar una apertura total. “Quizá uno se pregunte hasta qué punto Francia y Alemania han fundamentado la introducción de sus controles fronterizos”, afirma Bornemann. “Pero hasta ahora la Comisión Europea no ha tenido la necesidad política de corregirlos”.

Y ese es a menudo el caso: los controles fronterizos no son únicos en Europa. También en respuesta a las Primaveras Árabes de 2015, varios países reintrodujeron temporalmente controles fronterizos permanentes, al igual que durante la crisis del coronavirus. Pero ahora también están realizando controles Austria, Italia, Eslovenia, Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Y Francia durante los Juegos Olímpicos: entonces el país puso la lupa en sus propias fronteras.

No es realista colocar un guardia fronterizo en cada metro de frontera. Este tipo de cheques tienen principalmente valor simbólico.

Maartje van der Woude
profesor de sociología jurídica Utrecht

Sin embargo, las nuevas medidas adoptadas por Francia y Alemania son sorprendentes, afirma Bornemann. “Schengen se está erosionando”, cree, cuando “los dos Estados miembros más grandes llevan a cabo controles en todas sus fronteras. Eso es muy extremo”. Francia da a entender que no quiere controles aleatorios o controles específicos, sino cierres totales de fronteras. “Esto es excesivo”, afirma Bornemann, “también porque la policía no puede encargarse de ello”. Cuando la policía está sobrecargada de controles fronterizos, razona Bornemann, la seguridad interna de un país se ve afectada.

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Industria del transporte

Pero la pregunta es si la sopa se come tan caliente, surge después de un mes de controles fronterizos alemanes. Van der Woude: “Cuando los alemanes anunciaron sus controles fronterizos, la gente también se preguntó: ¿vamos a tener colas interminables de camiones en la frontera alemana?” La Cámara de Comercio Germano-Holandesa, sorprendida por la propuesta del gobierno alemán, advirtió del daño económico debido a los largos tiempos de espera en la frontera. La industria del transporte holandesa hablaba de “disparar con perdigones”.

Pero los alemanes “tampoco están locos”, afirma Van der Woude. Poco después de que se anunciaran los controles fronterizos, la policía anunció su intención de controlar sólo los vehículos “relevantes”. En la mayoría de los puntos fronterizos, la mayor parte del tráfico hacia y desde Alemania continúa con normalidad.

Van der Woude señala la historia del tratado: “Schengen no se creó para crear ciudadanos globales, es un tratado económico que se concluyó para agilizar el comercio y la migración laboral”.

Queda por ver cuán estrictos serán realmente los controles franceses. “El gobierno francés no lo anunciará con antelación, eso tendrá que demostrarse en la práctica”, afirma Bornemann. Van der Woude: “No es realista colocar un guardia fronterizo en cada metro de la frontera” Según ella, “este tipo de cheques tienen principalmente un valor simbólico”. Aún no está claro cuándo terminará la amenaza y las medidas ya no serán necesarias.

Llama la atención que las medidas no sean tomadas por gobiernos radicales de derecha; En Francia, el presidente progresista de centroderecha Emmanuel Macron está en el poder, y en Alemania gobierna una coalición de socialdemócratas, liberales y verdes. Pero ambos gobiernos se enfrentan a una creciente amenaza electoral de la derecha radical. Van der Woude: “La migración no está reservada sólo a Marine Le Pens o Geert Wilders del mundo; todo el espectro político está preocupado por esto”.

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