¿Qué pasa si lideras, pero sabes que eres un exaltado?

Volcán

Arrebatos de ira. Agresión verbal. Ya no se lo aceptaremos a los líderes. Ya se trate del presidente de la Cámara de Representantes, Arib, del ministro Wiersma o de su propio jefe, deben comportarse con normalidad.

Los expertos creen que los directivos deberían alzar la voz “sólo una vez”. Siempre que se disculpen después. Pero aquellos que se dejan llevar con demasiada frecuencia acaban en el sofá de casa.

¿Qué pasa si lideras y sabes que eres un exaltado?

Gasolina

Primero algunos datos útiles. Los psiquiatras solían pensar que era bueno desahogar la ira. Eso tendría un efecto purificador y aliviaría la presión. Pero la investigación empírica muestra que esto es incorrecto. Aquellos que desahogan su ira se enojan aún más. “Es como intentar apagar un incendio con gasolina”, escribió el psicólogo Brad Bushman.

Por otro lado: reprimir la ira durante mucho tiempo tampoco es inteligente. Esto puede incluso socavar su salud física y mental. Además, mostrar emociones genuinas ayuda al líder a ganarse la confianza de los empleados. El truco consiste en afrontar los sentimientos de ira de forma sensata.

Cinco consejos

Es hora de consejos prácticos. De Harvard Business Review, Greater Good Science Center y la Asociación Estadounidense de Psicología.

1. ¿Sientes que la ira aumenta en una situación laboral? No exprese sus emociones de inmediato, primero tenga una conversación consigo mismo. Si es posible, busque un lugar tranquilo.

2. Pregúntate: ¿de dónde viene esto? ¿Por qué me enojo tanto en esta situación? Pregunte también: ¿qué necesito para sentirme mejor ahora y en el largo plazo? ¿Qué pasos prácticos ayudarán con esto? Al pensar en estas preguntas, miras la situación de manera más racional y objetiva, lo que reduce tu enojo.

3. ¿Estás un poco más tranquilo? Luego habla con los demás sobre tus emociones, sin usar palabras demasiado grandes. No dudes en decir que te sientes incómodo o un poco confundido. Haga un esfuerzo consciente para hablar un poco más lento de lo que normalmente lo hace.

4. Si aún no estás tranquilo, tómate un poco más de tiempo. Cuente hasta cien. Respira tranquila y profundamente. Y califica tu enfado entre 1 (irritado) y 10 (furioso). Solo habla con los demás si estás en 4 o menos.

5. Haz que tu ira sea productiva. Por ejemplo, el enfado por un descuido o una injusticia es una excelente herramienta para trabajar en los cambios en su entorno laboral.

Capitán eglefino

A veces no puedes resolverlo por tu cuenta. Entonces busca ayuda. De un profesional, un entrenador o un buen amigo. La semana pasada me caí mientras andaba en bicicleta y me enojé mucho. Mi compañero de ciclismo me ayudó a levantarme y me tranquilizó. Luego, entre risas, me comparó con el capitán Haddock de los cómics de Tintín, famoso por sus insultos (“¡Mil bombas y granadas!”). Dos horas después volví a caer. Para mi propia sorpresa, mantuve la calma. Es sorprendente lo que un poco de cuidado y atención puede hacer ante una rabieta experimentada.

Ben Tiggelaar escribe semanalmente sobre liderazgo personal, trabajo y gestión.



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