¿Qué nos importa Stalin si hay Carapellese? Historia de una Milán-Salernitana y fantasía en el poder

Hace 75 años los Rossoneri se enfrentaron a los Granata en San Siro y soñaban con el primado. Italia cura las heridas de la guerra pero nadie piensa en eso en el estadio: está ese rebelde regateador que viene de Cerignola…

La Milán de la posguerra es una ciudad herida que intenta esconder los escombros, públicos y privados, con un hiperactivismo que pronto se convertirá en su fortuna. Sobre las calles empedradas aún quedan las manchas de sangre de una época trágica, las crónicas de diarios y revistas siguen hablando de desgracias, dificultades, miserias. Volver a ponerse en pie es un ejercicio complicado incluso para un pueblo trabajador, tenaz y emprendedor como los milaneses. Puedes distraerte lo más posible: una tarde de cine, una tarde de teatro para ver las compañías de Macario o Ernesto Calindri, y el domingo en el San Siro. El fútbol funciona precisamente como herramienta de escapismo social.



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