¿Cómo es posible que a menudo exista una niebla tan espesa entre las agencias gubernamentales y los ciudadanos “comunes”? Aunque estas agencias no escatiman esfuerzos para mejorar la comunicación, con demasiada frecuencia las cosas salen mal.
En el lago de extracción de arena De Grote Moere, cerca de Grolloo, encontramos otro ejemplo sorprendente de lo que no se debe hacer. La cuestión de si el suelo aquí está contaminado o no existe desde hace años. Aunque el asunto ha sido investigado, todavía no sabemos qué está pasando realmente.
De Grote Moere es un antiguo lugar de extracción de arena que se convertirá en un lago recreativo. Para ello, el propietario Staatsbosbeheer arroja tierra para que el lago sea menos profundo. Los vecinos dieron la alarma y notaron que había mucha basura en el vertedero: vieron plástico y poliestireno.
La Dirección de Aguas de Hunze en Aa es responsable de la supervisión e investigación del asunto. No se preocupe: “La calidad del agua cumple con la norma”, informó la junta la semana pasada. Hay menos metales pesados en el agua que la cantidad permitida. Sin embargo, los residentes locales se quejaron del plástico y el poliestireno, no de los metales. La historia no menciona cómo llegó ese desastre a la tierra.
Por tanto, los vecinos no están tranquilos. Anteriormente habían descubierto que las obras llevaban diez años realizándose sin el permiso requerido. Sin embargo, sus preocupaciones y solicitudes de una investigación independiente encontraron respuestas irritadas. Staatsbosbeheer ciertamente no utilizaría suelo contaminado, la oficina de agua realmente puede medir la calidad del agua por sí misma.
La raíz del problema probablemente sea bastante simple. Probablemente algo salió mal y se vertieron uno o más lotes de tierra equivocados en el lago. Eso puede pasar, los que trabajan cometen errores, eso hay que solucionarlo y avisar a los stakeholders.
Pero como ocurrió con el asunto de las prestaciones sociales, con los terremotos y Groningen y numerosos expedientes más pequeños: cuando algo sale mal, los funcionarios y administradores se esconden detrás de un muro de protocolos, estándares, reglas y procedimientos. “Simplemente levante el teléfono y hable con los ciudadanos sobre lo que hay que hacer”, aconsejan en artículos de este periódico los profesores de Groningen, Heinrich Winter y Bert Marseille, sobre cómo mejorar la administración pública.
Éstas son palabras sabias de las que Hunze en Aa’s y Staatsbosbeheer pueden beneficiarse.