Vladimir Putin realizó una visita sorpresa a Mariupol, la ciudad ucraniana casi destruida por su ejército invasor el año pasado, en una aparente muestra de desafío después de que la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto acusando al presidente ruso de crímenes de guerra.
La televisión estatal mostró a Putin llegando a la ciudad portuaria en helicóptero en la madrugada del domingo. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que todo el viaje a Mariupol había sido planeado “espontáneamente” y dijo que Putin había conducido por la ciudad de primera línea sin una escolta completa de la caravana, según el noticiero estatal RIA Novosti.
Fue el primer viaje del presidente al territorio ocupado por Rusia en Ucrania, incluidas cuatro provincias que Moscú intenta anexar, desde que comenzó la invasión a gran escala del país el año pasado.
Putin ha evitado en gran medida visitar la línea del frente, permaneciendo principalmente en Moscú, donde incluso el acceso de sus altos funcionarios a él está muy restringido, y celebra reuniones en línea.
Después de visitar Mariupol, Putin hizo una rara aparición pública en Rostov-na-Donu, en el sur de Rusia, donde escuchó un informe del jefe del estado mayor general Valery Gerasimov, el principal comandante de la campaña de Ucrania.
El viaje a Mariupol, parte de las cuatro provincias reclamadas por Rusia —aunque no controla todo el territorio— se produjo un día después de que Putin hiciera su primera visita a Crimea, la península que anexó a Ucrania en 2014.
El viaje no anunciado subraya la determinación de Putin de seguir adelante con la vacilante invasión a pesar de las enormes bajas de Rusia, el aislamiento económico y la orden de la CPI, que lo acusa de “responsabilidad penal individual” por el traslado forzado de niños de las áreas ocupadas de Ucrania.
Kiev dice que más de 16.000 niños han sido secuestrados durante la guerra, incluidos más de 1.000 de Mariupol, que las fuerzas rusas prácticamente arrasaron tras un brutal asedio de tres meses.
Putin, que no ha comentado sobre los cargos, y la comisionada de los derechos del niño, Maria Lvova-Belova, podrían ser arrestados si viajan a cualquier país que sea parte de la CPI.
En las imágenes de la televisión estatal, se ve a Putin conduciendo un jeep negro por las calles de Mariupol acompañado por Marat Khusnullin, un alto funcionario ruso, quien le mostró los esfuerzos de Rusia para reconstruir la ciudad.
Lo llevaron a la sala de conciertos filarmónica de Mariupol, donde Rusia originalmente planeó realizar juicios el año pasado acusando a los prisioneros ucranianos de crímenes de guerra antes de desechar la idea.
También se le mostró hablando con personas que la televisión estatal dijo que eran residentes locales que le dijeron al presidente que habían estado «orando por él» y agradecieron a Rusia por reconstruir sus apartamentos después de que sus casas fueran destruidas.
Funcionarios ucranianos han dicho que al menos 22.000 de la población civil de antes de la guerra de Mariupol de medio millón murieron en el asedio, y estiman que el número total de víctimas podría ser muchas veces mayor.
Pero hablando el domingo, Khusnullin dijo que los residentes habían regresado a Mariupol gracias a los esfuerzos de reconstrucción de Rusia. “La gente ha empezado a volver. Cuando vieron que la reconstrucción estaba en marcha, la gente comenzó a regresar activamente”, dijo.
Prometió terminar de reconstruir el centro de la ciudad gravemente dañado para fin de año. Afirmó que la destrucción en Mariupol había sido causada por las fuerzas ucranianas en retirada.
De pie a su lado, Putin agregó: “Son nazis. La gente decente no hará eso”.