Mientras colgábamos las luces en el árbol, Vladimir Putin anunció que ha preparado “un arma que no tendrá igual en el mundo durante mucho tiempo”: el misil Sarmat, también conocido como “Satanás II”.
Así es como siempre se les ha llamado, pero algo ha cambiado: donde los rusos dijeron inicialmente que estaban luchando contra los ‘nazis’, la maquinaria de propaganda recientemente cambió su objetivo a la ‘des-satanización’ de Ucrania. Según ellos, el país se llenó repentinamente de servidores del Mal. El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa llamó a Putin el “exorcista elegido”.
Así que ahora amenaza con luchar contra el Diablo con su propio Satán a su lado, quien, aunque ‘el segundo’, no tiene igual. Se me ocurren apodos más apropiados, aunque el afán de lógica en tales asuntos es sin duda privilegio de quien nunca ha vivido la guerra. Al Diablo no le importará.