Tenía que haber una enorme proyección de luz en la fachada del showroom de Cupra recientemente inaugurado en el corazón de Róterdam. Una fuente nos dice que alquilar la instalación altamente vigilada ‘ha costado muchas decenas de miles de euros’, pero mientras los invitados de la fiesta nocturna entran, todavía hay demasiada luz del día afuera para permitir que el colorido espectáculo se desarrolle. Una pérdida de dinero, concluirías como un holandés sobrio.
Pumping beats, tribals y clubs: el ‘rebelde’ Cupra no quiere ser un Seat
