Nueva York, 19 de abril de 1946
Otra noche en el Bowery. Y el elevado (metro subterráneo, educar.) – estamos al frente – a toda velocidad a la altura de un quinto piso, mientras las torres giran lánguidamente y la máquina devora las luces rojas y azules; por un rato se deja engullir por las pequeñas estaciones y luego vuelve a tomar velocidad, camino de barrios cada vez más desolados donde cada vez circulan menos autos.
Otra vez Bowery Follies (discoteca con música en vivo, educar.) y las cantantes desgastadas que aún vienen aquí a demostrar su valía al final de su carrera. Coloso de mujeres con las nalgas desnudas escayoladas y sudorosas, que luego de repente empiezan a apresurarse de manera que todos sus gordos lóbulos se estremecen violentamente. ‘Soy un pájaro en una jaula de oro’ – ‘Yo, no tengo deseos’ – ‘No soy el punto de nadie’, etc.
Los menos feos no triunfan. Tienes que ser muy bonita o repulsiva. Educativo. Puedes quedarte corto incluso en tu fealdad. Y luego por la noche. Dentro de ese pésimo decorado, esos rumanos cantando y bailando sin aliento. Llevado al borde de un mundo sobreexcitado, y esa cara indeleble.
Cuando miras hacia abajo desde lo alto de Riverside, puedes ver la autopista, que sigue al río Hudson todo el camino, y escuchar de la fila ininterrumpida de autos bien lubricados y que se deslizan suavemente, despegar una canción profunda y distante, como el sonido de las olas.
En Filadelfia, pequeños cementerios llenos de flores bajo enormes depósitos de gas.
Albert Camus (1913-1960), filósofo y escritor francés, premio Nobel en 1957. Afuera diarios de viaje. Traducción Chris van de Poel. Critak, 1987.